Los padres de los novios

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La cabeza de Jake podía explotar de felicidad, y le dio la sensación de que así era, cuando al salir una avalancha de gritos y aplausos le invadió. Sus amigos estaban allí, y Claire, y Chris, y el caraculo... y todo cobró un sentido en su cabeza. ¿Lyla también estaba metida en el ajo? Volvió a mirar a Henry, y pensó en lo increíble que era ese hombre, y lo mejor era que pronto sería SU hombre, en la riqueza y en la pobreza, hasta que la muerte les separara y todo eso. ¿Surrealista? Mucho, y parecía que su expresión bobalicona lo expresaba perfectamente, porque Chris le dio un par de cachetadas para que despertara.

—Enhorabuena, al rockero más guapo— dijo antes de abrazarle.

Jake apenas pudo abrazarle de la conmoción que aun sentía.

—¿Cuánto hace que lo sabíais?

—Mira, es una historia que mejor te contamos con algo que beber, que no va a ser para menos— respondió David antes de abrazarle también.

Tras aquellas palabras, Jake pidió una explicación en la mirada de Shorty, pero este se limitó a encogerse de hombros con inocencia. Y después, ya no vio nada, pues Claire saltó a sus brazos. Y entre los cabellos rubios de Claire, Jake vislumbró a Henry observándole con una gran sonrisa, antes de ser también atacado con inmensos abrazos. Un vértigo relampagueó en el estómago de Jake, como si fuera una premonición de que antes de poder casarse con Henry tendrían que pasar varias dificultades, y no solo estrés por la boda.



Jake se levantó a la mañana siguiente, como de costumbre, sin encontrar a Henry a su lado, pero el anillo que le había dado (que raro le resultaba pensarlo) estaba intacto en su mano. Nike, en cambio, estaba durmiendo a su lado. Según había ido creciendo se iba pareciendo más a él y menos a Henry. La edad le hacía querer dormir más y jugar menos. En el momento en que Jake salió de la cama, él también lo hizo. Y en cuanto bajaron, encontraron a Henry en la mesa principal con su portátil. Jake se acercó por detrás a Henry y antes de dejar caerse en la silla de al lado, le besó en la coronilla.

—¿Qué haces?

—Miro los mejores Wedding planner de la ciudad—respondió sin despegar la vista de la pantalla.

Los ojos de Jake entrecerraron.

—¿Para qué? —inquirió con molestia, pues Jake tenía bien claras dos cosas.

Una, que estaba deseando casarse con ese hombre y dos, que no quería que su boda fuera algo ostentoso, empalagoso y pijo. Y las palabras "Wedding planner" sonaban a ostentación, empalago y mucho pijerio.

—Bueno, porque tú eres un desastre para organizar nada, y yo no pienso encargarme de todo. Si hay algo que me sobra es dinero, y prefiero contratar a alguien.

Jake se esforzó mucho en no imitar en voz alta las últimas palabras de Henry. Pero tenía razón en cierto modo, Jake era un desastre organizando y a Henry le gustaba que se lo hicieran todo. Jake suspiró con resignación.

—Solo dime que no va a ser un bodorrio como el de Claire y Shorty.

Henry dejó de mirar el portátil por fin, y le sonrió angelicalmente.

—No lo será... si no quieres.

—¿En serio? — preguntó Jake sin creérselo del todo. — Porque te conozco, y si tus cumpleaños no tiene como mínimo sesenta invitados, alguien que te ponga una alfombra roja y tres cámaras apuntándote, no estás contento, así que imagina tu boda.

—Pero yo también te conozco, y sé que odias llevar traje y que como haya algo más sofisticado en el banquete que unos ganchitos, no estarás contento.

Jake & Henry - Los preparativos.Where stories live. Discover now