Epilogo

1.1K 123 33
                                    




Epilogo




Si me hubiera alejado de Ángel en cuanto me abrazó me hubiera ido corriendo a tomar mi vuelo, donde estaría pasando lo que queda del día con mi tía y quizá hasta estaría viendo a Daniel.

Y si lo hubiera besado lo más probable es que él no me hubiera correspondido, porque él no me quiere de esa manera, al menos ya no.

Al final de cuentas, lo que hice fue alejarme de él y salir corriendo a tomar mi vuelo. Gracias a ésa decisión ahora estaba sentada compartiendo lugar con una anciana que no dejaba de hablarme de sus nietos y diciéndome que mi acento sonaba muy norteño, felicitándome por haber aprendido español con una perfecta pronunciación ya que ella creía que era asiática.


Estuvo sólo pocos días en el DF, y estuve algunos días con Daniel, lo otros estuve con mi tía Sarahi y mis primos, yendo al cine, conociendo a sus amistades y cosas así. La ciudad era genial, pero sinceramente me puse a pensar las cosas. Mudarme no era una cosa fácil.


Si quería vivir en el DF eso implicaría que debía aprender todo lo de mi entorno de nuevo, quiero decir, debería aprenderme qué calles tomar, debía aprender qué peceras o autobuses me iban a llevar a otra parte, tenía a saber que no le dicen siempre "carro" al auto sino que ahora diría "coche", debía aprender dónde estaban los restaurantes y snaks padres para ir a comprar comida, tenía que ir a una universidad nueva y estar con personas nuevas, tenía que aprender a convivir con personas diferentes, debía comenzar de nuevo con lo de hacer amistades, aclararle a todo el mundo de nuevo que no soy asiática y volver a aguantarme las burlas de mi nombre, y cosas así. Los cambios eran muchísimos, y no me gustan los cambios, me cuesta mucho adaptarme de nuevo. Pero sentía que eso era lo que necesitaba, sin embargo ya ni estaba segura si quería hacerlo.


Daniel me acompañó al aeropuerto junto con mi tía, ella estaba jugando con mis primos y yo estaba charlando con Daniel. Le dije que ya me estaba arrepintiendo, que no quería irme de Monterrey, que sinceramente prefería buscar otra solución.




-          Si lo que no quieres es toparte a Ángel y Melinda, pues cámbiate de universidad y ya — me apoyó.



No entendía por qué me aconsejó eso, en serio creía que él quería estar conmigo.

Comencé a platicarle todo eso que me había dicho Jessica días atrás y él me preguntó:



-          ¿Tú crees que soy como tú?

-          ¿A qué te refieres?

-          A que si soy una muy buena persona como tú, Adara.

-          Yo pienso que sí.



Él me tomó de mi mano y se quedó mirando al frente, yo lo miraba de reojo y notaba que él estaba feliz, hasta sonreía, como si sintiera una chispa estando conmigo. Pero yo no era capaz de sentir nada, al menos no más que una amistad. Recargué mi cabeza en su hombro y suspiré.

Y Si Hubiera...Where stories live. Discover now