El sol a veces no regresa

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-Sí - le aseguro - Pensé que podría sola, pero ya me di cuenta que mejor no - comento burlándome de mi poco sentido de orientación.

-Pídele a alguien que te enseñe la ciudad - aconseja - te servirá sobretodo por la noche cuando las calles se ven, diferentes - termina de explicar.

¿A quien podría pedirle eso?

-¿Quieres enseñarme la ciudad? - pregunto.

Me mira primero asombrado.

-No a mí, a alguien que conozcas - añade con el ceño fruncido.

-Te conozco, eres el chico que toma fotos en la calle - lo señalo con diversión

Bueno parece que al menos puedo conversar de manera coherente.

-¿Acaso sabes aunque sea como me llamo? - pregunta enarcando una ceja

-Tienes razón, no sé ni tu nombre - murmuró y asiento - No sé ni tu nombre y ya estoy caminando por la ciudad contigo - me sorprendo ante la verdad de mis palabras.

¿Qué pasa conmigo?

-A eso me refiero - me da la razón - imagínate si el desconocido fuera otro, un traficante de órganos. No estarías viva a esta hora - menciona viendo la hora en su muñeca - Ya estarían transportando tus órganos - dice dándole toques a su reloj.

-Parece que tuve suerte de no encontrarme con uno de esos tipos - digo aliviada - por cierto ¿Cómo sabes a que hora trasladan órganos? - pregunto y volteo a verlo.

Doblamos en una esquina sin que llegue a responder y unos pasos luego, habla.

-Ya llegamos - avisa el desconocido

Cuando estamos en la esquina que da a la plaza me detengo con él. Paso mi vista por el lugar en busca de Jonathan, pero no lo encuentro por ningún lado. Regreso mi vista a el chico a mi costado que esta ahí observando con las manos en los bolsillos de su casaca.

-Gracias - digo - de nuevo - completo unos segundos después

-De nada - responde aún sin verme

-Hay alguna manera de ... - empiezo a hablar, sin saber que palabra decir luego.

-Recompensarme? ¿Devolverme el favor? - habla ahora si viéndome, a lo que asiento - No te preocupes

-¿Seguro? Puedes pedirme algo, trataré de cumplir con lo que quieras - insisto - Es lo minimo que puedo hacer ya que no vendiste mi riñón.

Aunque mi cerebro valdría más, pero él no lo sabe.

El parece pensarlo, empieza a mirar a su alrededor como para obtener alguna idea. Hasta que en cierto momento su mirada se detiene y una posibilidad parece iluminarle la vista.

-Creo que ya sé cómo me puedes devolver el gesto - dice sacando su mano del bolsillo - el otro mes habrá una exposición de arte allá - señala un edificio antiguo al otro lado de la plaza y vuelve a guardar su mano - Si vas, creo que será suficiente.

-¿A una exposición de arte? - pregunto ladeando la cabeza.

¿Aún existen las exposiciones de arte?

-Si, puedes llevar a quien sea - añade - claro que sólo es una idea - levanta ambas manos dejándome la decisión a mí

-¿De qué será? - curioseo

-Serán fotografías - me indica

Un foquito se ilumina en mi cerebro

-¿Estarás tu... bueno tus fotos? - le pregunto ni bien recuerdo las lindas imágenes de su cámara.

¿Qué se hace a los 21? [En Proceso]Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt