—Controla tus emociones, no hagas un escándalo e intenta evitarlo —Lin Wuyu salió del ascensor. 

—Mm —Liu Jinpeng se detuvo frente a él— Yo seré él que toque la puerta, después de todo, los miembros de la familia me conoce. Si eres tú el que abre la puerta y te ven, sabrán enseguida lo que está pasando, y la situación no se calmará. 

—Está bien —Lin Wuyu asintió. 

. . .

—¿A qué tipo de pollo se refiere esto? —le preguntó la abuela a la tía. 

—Quién sabe, no sé si se trata de algún pollo nativo, criado, un pollo negro o un faisán —la tía miró a su hermano con cierto desagrado: —Tu hijo solo permitió que lo vieras, que él te de las explicaciones. 

Ding Ji destrozó por completo la puerta y salió del dormitorio. 

Dentro de este milagroso momento crítico, primero gritó y luego rompió la puerta, pero nadie lo detuvo, ni siquiera sus padres se movieron. 

Como si todo el espacio se hubiese congelado. 

No fue hasta que pateó el trozo de madera que cayó a un lado de sus pies y mirando a su padre, que su tía reaccionó. Para correr hacia él y abrazarlo: —¡Ding Ji! ¡¿Qué estás haciendo?! 

—¡Tú! —Ding Ji miró a su padre— ¿Tomaste mis cosas? 

Su padre frunció el ceño: —Dejaste tu ropa tirada en el sofá, tu mamá solo la tomó, ¡y se cayó! 

Ding Ji creyó esta oración de manera intuitiva. Sabía que su madre tomaría su ropa que dejó en el sofá, pero sin importar si su colgante fue descubierto de manera intencional o no, no podía aceptar que su padre se lo entregara a su abuela. 

—¡¿No puedes volver a guardarlo?! —Ding Ji lo miró fijamente, su voz se quebró— ¡Si se cayó! ¡¿No puedes simplemente regresarlo a su lugar?! 

—Esta placa de identificación, ¿temes que alguien más la mire? —dijo su padre. 

—¡Temer a que alguien lo vea y que lo expongas de esta manera son dos cosas completamente diferente! —Ding Ji rugió. 

—¡Xiao Ji! ¡cálmate! —La tía lo empujó contra la pared con cierta dificultad, para luego sujetarlo con todas sus fuerzas, mientras lo presionaba. 

—Xiao Ji, no grites, no grites —la abuela se acercó rápidamente y envolvió con sus manos su rostro, sus manos temblaban de manera violenta: —no te enojes, no te enojes...¿Por qué tu rostro se ve tan mal? ¿No comiste nada? No dormiste bien, ¿verdad? 

—Comí y dormí —Ding Ji tomó las manos de su abuela— Estoy bien, no te preocupes abuela. 

Su tía lo soltó lentamente y se giró para mirar a su padre. 

—¿Te golpeó? ¿él te golpeó? —la voz de la abuela tembló cuando preguntó esto. 

—No —dijo Ding Ji. Al escuchar la voz de su abuela y verla, las llamas que ardían sobre su cabeza se apagaron lentamente: —No realmente, no es eso. 

—Ten —la abuela colgó el colgante del "manual de crianza de pollo" en su cuello: —Te lo devuelvo, no te enojes así, ¿sí? 

—Abuela... —Ding Ji se secó los ojos con fuerza y se sintió muy angustiado. Si la abuela supiera lo que colgaba en su cuello, no sabría que pasaría, no sabía si llorará o lo regañará...

—¿Qué tipo de colgante es? ¿Es realmente tan importante? —la abuela volvió a tocar el colgante— ¿A qué tipo de pollo se refiere? 

—No sé trata realmente de criar pollos, es más bien una referencia —dijo su padre. 

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