19| Silencio

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¨Tal vez no actualice la siguiente semana¨, si bueno, por no estudiar para ese parcial no pasa nada, terminé el capítulo ayer y actualizo hoy porque mañana si estaré MUY ocupada, pero x. Disfruten del capítulo que en lo personal me dio un poco más de estabilidad, en el siguiente leeremos más a Aarón, por si la duda. Kisses.

🤸🏻‍♀️

Capítulo 19.

|Fabianne De la Torre|

Portland-Oregón EE.UU/ Lunes, 15-02-2016.

Blanco.

Me pesan los parpados.

Hago una mueca al sentir mi cuerpo pesado, me duele.

Intento mirar a mi alrededor, pero no puedo, tengo algo en la boca, una ¿mascara?

Parpadeo tratando de ubicarme, intento alzar mi brazo para tocar mi rostro, pero un latigazo de dolor me llega, bajo la mirada y veo mi mano enyesada. ¿Qué? Volteo a ver mi otra mano, la alzo y me quito la máscara de oxígeno que tenía. Me intento sentar, pero no puedo sentarme.

Intento hablar, pero me duele la garganta, la desesperación sube por mi cuerpo, mi corazón se acelera y la máquina que marca mi ritmo cardiaco comienza a sonar.

Intento quitarme todos los cables que tengo con mi mano derecha, pero una mano me lo impide, alzo la mirada y me topo con unos ojos negros.

—Qué bueno que despertaste...

Comienza y con calma me sostiene la mano, impidiendo que siga intentando arrancarme los cables. Me empuja suavemente y me vuelvo a recostar, no aparto la mirada de sus ojos, ni él de los míos.

—¿Do...? —cierro mis ojos con fuerza.

Como me duele la garganta.

—Estás en el San José Portland.

Arqueo una ceja, esperando a que me diga porque estoy aquí.

—Tuviste un accidente, en tu casa, alguien entró a robar e intentaste impedirlo, te golpeó con un jarrón...

Sigue hablando, pero desconecto.

No fue un ladrón, fue Gerardo.

Mi respiración se acelera peligrosamente, lo miro, con miedo en mi mirada.

—Tranquila, no está aquí, fuiste muy valiente a intentar detenerlo.

¿Valiente o estúpida?

Aparto la mirada y busco algún bolso a algo, pero no hay nada.

—¿Mi madre? —pregunto importándome poco el ardor de mi garganta.

Lo miro y veo como se queda en blanco unos segundos, antes de querer cambiar de tema, me da agua y se lo agradezco.

El agua calma el ardor de mi garganta, pero sigue doliendo.

—¿Dónde está mi madre? —repito ignorando sus pedidos de que intente descansar.

Y una mierda, no voy a quedarme tranquila hasta que me diga donde está Juliana.

—Fabianne...

Me tenso y lo miro fijamente.

—¿Dónde demonios está Juliana?

Mi voz sale con menos fuerza de la que pretendo, pero poco me importa.

Nota que no me voy a rendir así que decide decirme la verdad.

—Se fue, vino con usted en la ambulancia y se fue.

Mi miedo más Grande (#02 Saga Miller)Where stories live. Discover now