O3: SHE NEVER FORGETS A FACE

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—Pues sera mejor que intentes concentrarte mas. —la voz de YeonJun intenta aliviar un poco la tensión presente. —Ya te di el primer empujón, BeomGyu, el cómo sucedan las cosas a partie de ahora depende de ti.

La cabeza de BeomGyu parece querer enterrarse en la mesa luego de escuchar tal cosa, su boca emite un aire dramatico de frustracion. 

—Apenas sobreviví ayer, dame un respiro. —Los dos Choi solo pueden rodar los ojos ante su dramática reacción, como si ellos no fuesen los reyes del drama. 

—No te estoy diciendo que actúes por impulso o que aceleres las cosas —el mayor procede  a explicar —, pero tampoco le des muchas vueltas al asunto, a ella no le gustan los rodeos innecesarios. 

Luego de un rato siendo aconsejado/sermoneado por sus amigos, los tres se dirigen a continuar con su respectiva jornada. Mientras sus mayores depositan los restos en el lugar correspondiente, BeomGyu examina con desinterés el lugar, pero al hacerlo, una vaga idea cruzo por su mente.

Nunca había visto a Sai en la cafetería.

Las pocas veces que la veía por casualidad en hora del almuerzo, era caminando por los pasillos, de camino al salón del consejo, intentando ver las actividades de los clubes, simplemente estando ocupada. Pero no recordaba haberla encontrado ahí, almorzando. Como en ese momento.

"No seas paranoico. El primer lugar de su promoción y la presidencia deben consumir su tiempo. No es de las que se relajan como los demás". 

Se reprocha como un mantra, sin querer sacar conclusiones precipitadas sobre asuntos de los que, se enfatiza, no tiene ni idea. Vamos, recién el día anterior sostuvo un acercamiento decente con ella. Dejando de lado sus hipótesis, decide abandonar el lugar para dirigirse a su respectivo salón, pero su andar fue detenido cuando un hombro ajeno choca con el suyo, excusándose al instante por el inconveniente, cuya disculpa fue aceptada por BeomGyu.

Era oficialmente el segundo día de su tutoría. Y pensaba seriamente en las palabras que YeonJun le había dicho durante el almuerzo. Aunque él quiere tomarse las cosas con calma en ese sentido, su amigo tenía un buen punto. 

Se graduará dentro de cinco meses. Cinco meses que si antes anhelaba que solo se esfumaran antes de darse cuenta, ahora parecían no ser suficientes, porque implica administrar bien los días que le quedaban, después de todo, una vez saliendo de la Institucion no podrá acercarse tan fácilmente a ella, al menos no con la normalidad que se esperaría mientras asisten a la misma preparatoria. 

Y si lo reparaba de esa manera, ni siquiera se había planteado lo principal:  ¿a dónde realmente quiere BeomGyu que desemboque esa situación? 

¿Qué espera conseguir?

—Permiso. —su voz resuena con un eco en el silencio del salón de músic, a pesar de encontrarse aún en la puerta. 

—Adelante. Aunque no necesitas ser tan formal. —es recibido con la misma expresion del día anterior. Una sonrisa que aún no termina de descifrar, genérica,  supone. Sin embargo, no duda en acercarse con algo de timidez al asiento que se encuentra frente a la chica.

La dinámica que hasta el momento siguen es la siguiente: Sai se encarga de proponer ejercicios holísticos, aquellos en los que BeomGyu puede poner en práctica la mayor parte de los temas que hasta ese momento han visto. No con la intención de aturdir al chico, sino para que ello les sea suficiente para detenerse en lo que BeomGyu tiene más dificultades y sencillamente proceder si otros pasos se le facilitan. Sai hace sus comentarios de retroalimentación cuando es necesario, tratando de explicarle al joven de dónde proviene lo que él se encuentra haciendo en lugar de limitarse a brindarle fórmulas que al final olvidará.

DIVER || CHOI BEOMGYUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora