[ Prólogo ]

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Kisumi cruzó la entrada del cementerio, divisando la cantidad de lápidas que allí habían. Caminó a paso lento hasta llegar a la lápida que tenía el apellido Hīragi, arrodillándose frente a ella.

-Seré breve, tía.- murmuró con un semblante en blanco -Ha pasado una semana desde que te fuiste, y casi dos desde que me lo confesaste...- suspiró pesadamente, tratando de no faltarle el respeto al hablar -Simplemente no puedo quedarme de brazos cruzados. El callar nunca ha sido mi fuerte, y eso lo sabes bien. Sin embargo... quiero conocerlo.

Las nubes cubrían el cielo, y una brisa fresca hizo que sus cabellos verdosos se movieran en un vaivén. El panorama era triste, pero no del todo, estaba justo en medio; las nubes no hacían caer sus gotas de agua a montón, y la brisa no se convertía en un viento helado y fuerte, haciendo del lugar melancólico pero a su vez tranquilo.

Kisumi miró al suelo, a sus manos entrelazadas sobre sus muslos. Luego, siguió hablando:

-No puedo quedarme sin hacer nada. Al menos quiero que sepa que él tiene un hermano; si luego me quiere a su lado o no... no me importa en realidad.- levantó su mirada con decisión a la lápida -Recuerdo que me dijiste que no querías que fuera como él, que por eso no me lo habías dicho antes. No lo conozco, y creo que tú menos, pues te has encargado de mí estos quince años en los que solías decir, encerrada sola en tu habitación, que yo no te dejé tener una vida...

Kisumi apoyó las manos en el suelo para levantarse. Se paró erguido, con las manos en los bolsillos de su chaqueta holgada, y con un semblante serio pero decidido, dijo:

-Deséame buena suerte, tía.

El Hermanito De Baji. [•Tokyo Revengers x Male OC/Reader•]Where stories live. Discover now