Caminé hacia la maestra con un nudo en la garganta y le sonreí. —Aquí estoy. ¿Sucede algo?— Pregunté.
—Oh no linda— Negó la maestra, mirándome con una sonrisa. —Solo tengo una duda. ¿Eres hija de Hall Cooper y Alice Smith?—
Yo asentí, algo extrañada. —Si... son mis padres. ¿Por que?—
—Es que te pareces a ellos. Yo estudié con tus padres. Un gusto, Elizabeth. Puedes retirarte— Me autorizó la maestra.
—El gusto fue todo mío— Le contesté y me retiré, aliviada porque pensé que había hecho algo malo.
Caminé hasta la cafetería y cuando entré, noté que no había casi nadie. Mis amigos no estaban y ya la mayoría había terminado de desayunar.
¿Tanto tiempo tardé hablando con la maestra?
Simplemente fui a recoger mi desayuno y me senté en una mesa sin dejar de mirar la reluciente y verde manzana que estaba en mi plato. Muy buenas frutas las que dan aquí.
Levanté mi mirada y el nudo en mi garganta volvió cuando noté que Jughead Jones estaba sentado frente a mi, mirando su celular mientras le daba un mordisco a su manzana.
Su cabello negro y sedoso caía libremente en su frente y sus ojos profundos estaban clavados a ese celular.
¿Como es que una persona puede verse tan bien usando un celular?
Ya no se que hacer con estos pensamientos que invaden mi cabeza. ¿Que me está pasando?
El levantó la mirada y cuando me vio, sonrió como solo él lo sabe hacer. —Betty, hola— Me saludó, dándole una última mordida a lo que quedaba de su manzana.
—Hola, Jughead— Lo saludé, nerviosa y con mi mejor sonrisa.
—¿Como estas?— Me preguntó, mirándome atentamente.
—Bien— Le contesté, mordiendo mi manzana. —¿Y tu?—
—Súper bien— Me respondió. —Oye... ¿De donde eres Betty?—
—Soy de un pueblo llamado Riverdale, pero me mudé a Nueva York con mi mamá cuando se separó de mi papá hace cuatro años— Le dije.
—Oh, lamento lo de tus padres. Yo vivo aquí en Nueva York desde que tengo memoria. Estoy con mis padres y mi hermanita. ¿Y que edad tienes?— Me preguntó.
—Tengo dieciocho que los cumplí hace un mes— Aclaré. Mis nervios ya no eran tan potentes.
—Wow... eres una niña Betty— Admitió Jughead, poniéndose de pie con su bandeja de comida en mano, sonriéndome. —Nos vemos luego Betty— Se despidió y se fue.
Yo le sonreí y me terminé el resto de mi desayuno con una satisfacción inexplicable. Hablar con ese chico y crear cierta confianza con él me hizo bien.
Cuando terminé, tomé la bandeja y me puse de pie hasta que me crucé con la pelirroja de mi salón.
—Hola Betty— Me saludó, con una sonrisa. —Cheryl... ¿Me recuerdas?—
Yo asentí. —Por supuesto. ¿Que pasó?—
—Solo vengo a anunciar el partido de Fútbol americano de mañana a las tres de la tarde. Todos los de la universidad tenemos que ir a apoyar a los orangutanes de nuestro salón. Ya le dije a tus amigos y están en el jardín esperándote. ¿Vendrás?— Me preguntó.
—Por supuesto— Aseguré, sonriéndole. Definitivamente iré y no crean que es por ese chico. ¿O si?
No, claro que no.
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Betty se contradice 🤭😂🤦🏼♀️
Espero que ella tenga mejor suerte que yo porque mi crush ahora pasa más tiempo con otra chica 🥲