A veces me cuesta aceptar que por años creí en lo que decía mi tía sobre no tener más familia a la que acudir, cuando en realidad, tenía una abuela desesperada por encontrarme y con el corazón partido en mil pedazos.

Nuestra desaparición fue un sufrimiento constante para ella y su marido, quien cayó en una terrible depresión después de que su hija, Grace, los estafara y se llevara los fondos de su empresa millonaria junto a sus dos nietos, evaporándose para siempre del radar y dejando a mi abuela en bancarrota con un niño adoptado en pleno crecimiento. La depresión del abuelo fue muy profunda, y falleció poco tiempo más tarde, dejando a su esposa sin su compañero de vida. ¿Cómo hizo para superar tal desdicha cuando ya había perdido un hijo en ese fatal accidente que condenó la mente de Grace a la inestabilidad? Todavía no lo sé. De alguna forma, mi abuela nunca perdió las esperanzas de que nos encontraría y que, tarde o temprano, las cosas volverían a la normalidad.

Años más tarde, por fin pudo lograrlo.

—Tienes razón, Sarah. No tardarás en hallar a un millonario que nos devuelva a la zona de confort de los ricos —esbozo y me percato de la libertad con la que a veces podemos juguetear como si fuéramos dos iguales y no un nieto y su abuela en una situación fuera de lo común.

No han sido meses fáciles. La polémica en Blestville estalló tan pronto la sociedad descubrió que Danny había sido asesinado y que Cristopher, sobrino de la supuesta intachable familia Watson, se adjudicó la muerte del chico. El pueblo se ha sumido en una profunda desgracia. Tras la investigación del asesinato del hermano de Emma, se han descubierto una serie de cuerpos sepultados en las proximidades de la inmensidad del bosque, haciendo eco de ese mito urbano que Abby le contó a Ben en su primer día de clases como Logan Walker.

Tras el episodio en el bosque, nunca más volví a ver a Oliver o a su familia. Jamás pude decirle quién era y pedirle perdón por tantas mentiras. Las circunstancias poco claras de su partida involucran una espontánea salida de la ciudad de la que ni siquiera Abby o Emma tienen la más mínima información.

Debo admitir que ya no soy el mismo Nicholas. Tuve que hundirme en lo más profundo para entender que Ben, a quién extraño demasiado, es la persona a la que siempre debí haber escuchado. Cegado por mi cariño por Grace, no interpreté ninguno de sus abusos como maltrato. Tampoco me percaté de que Logan Walker era mucho más que un plan elaborado, y que la cabeza de mi tía no funcionaba como debía.

Por culpa de mis errores, mi ineptitud y mi inmadurez, se perdió una vida en el camino.

—¿Estás emocionado por volver a la escuela? —pregunta Sarah y me saca de mi espiral de reproches mientras analiza donde dejar la próxima caja. 

—Tan emocionado como se puede estar, cuando sé que seré el bicho raro que falsificó su identidad ya que estaba a merced de su tía mentalmente inestable que quería recrear a su hijo muerto en el reflejo de sus dos sobrinos gemelos, ¿no crees?

Veo la expresión entristecida de mi abuela por un breve segundo. Luego cambia su actitud corporal, incapaz de mostrar debilidad, y procede a contestarme erguida:

—Grace se va a recuperar y volverá a ser la maravillosa persona que una vez fue.

Un silencio incómodo azota nuestro nuevo hogar al quedarme sin palabras elocuentes por pronunciar. Atino a asentir con la cabeza, porque mi cariño por mi tía no ha desaparecido y quiero, a pesar de todo el mal que nos ha causado, que pueda dejar el conjunto de traumas inconclusos en su pasado.

—Oh, y déjame decirte que eres el menor de los problemas de Blestville ahora mismo. Nadie se meterá contigo en la escuela. No obstante, si por esas casualidades alguien te mira mal o se ríe de ti, me lo haces saber de inmediato. De esa forma, traeré mi bate de diálogo para que podamos conversar civilizadamente con el individuo en cuestión. Las cosas saldrán de maravilla y ya no tendrás que preocuparte de nada.

La inexistencia de Logan Walker #1 © [EN LIBRERÍAS]Where stories live. Discover now