『 Ｍｅｒａｋｉ』【℘ơʂɛıɖóŋ】ⓢⓝⓥ

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-Bahari, tengo que señalarte- respondió veraz- sin embargo no por tu sexo, tu carácter ha sido meritorio de todos tus males.

-Auch, mentiras Phill, mis hermanos han hecho cosas peores y nadie intenta destruirlos, me ven débil, esa es la verdad.

-No discutiremos Bahari, te recuerdo que solo estoy a tu servicio, será como desees.

-No impide que te burles de mi- dijo entre pequeñas risas la mujer.

-¿Qué quieres hacer ahora?- cortó en espera de alguna orden.

-¿Dónde estaría más tranquila?, Europa o Latinoamerica- le preguntó levantando dos de sus dedos.

-Tu madre va para Europa.

-Descartado.

-Los enemigos de tu padre cunden por latinoamerica.

-¿Nueva York?.

-Los inversionistas están allí.

-¿Los Angeles?.

-Tus hermanos llegarán para disputarse el control de la holding..

-...¿Francia?, mi madre odia allí- era su última opción.

-Solo hará falta que pongas un pie en ese terreno para estar oficialmente pérdida, Ferrero ira por ti.

-Mi panorama no me gusta- odiaba sentirse acorralada, que las cosas se salíeran de su control.

-Te aconsejo ir a un punto medio, así resguardaras tus planes y te mantendrás lejos de toda esta guerra, Miami tiene algunos negocios de tus tíos, podrías tomar control sobre la gerencia de sus concesionarios- recibió un sonrisa en agradecimiento, la mujer le recordaba a su jefa, por eso la ayudaba un poco- o para tener un perfil más bajo dedícate a sus obras de caridad, ya sea en institutos de ayuda o en las becas..

-Me quedaré con la gerencia, mis tíos me entenderán- el poder siempre la terminaba convenciendo-, como siempre terminas siendo mi salvador- dijo a modo de agradecimiento- arregla todo para mi viaje, me voy mañana mismo, mi madre no puede enterarse.

Tan sólo hace 24 horas falleció el hombre que le dio la vida, pero ella no había derramado ni una sola lágrima.

Así llegó hasta "él", y fue cautivada de inmediato, los retos le gustaban, ella siempre ganaba.

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                                                       Helena
 
-Hermanita, estas aquí..- dijo Aemon al salir con varios cuadernos de su habitación y ver a su mayor.

-¿En donde más si no?- era obvio, tuvo que hundir una de sus cejas por la extraña afirmación.

-Aemon.., y tu hermano también llegó- aviso la chica, pues había visto entrar al rubio aunque este ni la notó.