EXTRA: Nuestro deseo real (Alexei y Caelian)

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A continuación van todas las partes de Alexei y Caelian juntas, con escenas extra :D Se puede leer de forma independiente.

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NUESTRO DESEO REAL
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El príncipe Alexei tenía diez años cuando conoció a Caelian, el hijo de uno de los magos de la corte. La reina misma fue quien interrumpió su clase de combate en el patio interior del palacio para presentárselo, sonriente.

Aquella primera vez en que se pararon frente a frente, Alexei se negó a creer que ese gigante que le llevaba una cabeza de altura tenía la misma edad que él, pero así era. En un intento por verse más alto, Alexei echó los hombros hacia atrás, enderezó la espalda cuanto pudo y levantó el mentón, aunque de poco sirvió.

—Caelian está entrenando para formar parte de la Orden de los Guerreros Magos en un futuro —explicó la reina, sonriendo—. Creemos que podría servir como compañero en tus entrenamientos.

Alexei se encogió de hombros. El futuro le asustaba un poco, si tenía que ser sincero. Todos los días estaban repletos de recordatorios de que su vida no era suya, sino que tendría que cumplir un rol ya asignado. A pesar de todo, sí le intrigaba aquel gigante de sonrisa tímida y supuesto talento para la magia.

—Espero que no seas de esos que son blandos para pelear porque me tienen miedo —advirtió Alexei, cruzándose de brazos—. Quiero ver qué tan bueno eres.

Caelian se rascó la cabeza y asintió. Ese mismo día, Alexei terminó aplastado bajo el peso del otro contra el piso, sin espada con que defenderse y con la dignidad hecha polvo entre el suelo de tierra. De haber sido un ataque real —y ese era un peligro que tendría que enfrentar como príncipe—, podría haber muerto en aquel momento. A pesar de la frustración, más tarde agradeció que Caelian no se hubiese contenido, como casi todos solían hacer.

En la superficie no tenían mucho en común, pero con el correr del tiempo fueron descubriendo lo que los unía. Caelian saciaba la curiosidad de Alexei al mostrarle su progreso en estudios de magia, y Alexei comenzó a tener más razones para esforzarse en sus clases de combate. Ambos amaban las lecciones de danza y odiaban las de matemáticas. A veces se escapaban de su institutriz para jugar a las escondidas en los laberínticos jardines que rodeaban al palacio, e ignoraban el llamado de los adultos que los buscaban. El desafío era descubrir el escondite del otro antes de que los guardias encontraran a alguno de ellos.

A medida que fueron creciendo, algo comenzó a cambiar. A veces, Alexei se descubría mirando a Caelian de otra forma durante las lecciones que compartían. El entrenamiento de Caelian era más exhaustivo y variado que el suyo, por lo que tenía sentido que sus músculos se desarrollaran más. Pelear con él era distinto, también. Se movía con la fuerza de una tormenta, potenciado por la magia.

El jardín era una constante entre tantos cambios, un lugar al que volvían una y otra vez. Fue un día de primavera, en que las flores hacían que el mar de verdes se llenara de color, cuando Alexei se dejó derribar por Caelian durante un entrenamiento informal. Ahora que estaban grandes para las escondidas, sus juegos empezaban a tomar un matiz distinto. Con la espalda contra el suelo, Alexei sonrió de lado, mientras un Caelian confundido sostenía sus muñecas y lo miraba desde arriba.

—¿No te resistes? —preguntó Caelian, frunciendo el ceño.

—Te dejo ganar porque te tengo lástima —respondió Alexei, aunque su respuesta no tenía sentido. No había forma de ganar contra Caelian, menos a esas alturas.

Caelian sonrió y se quedó congelado donde estaba. Mientras, Alexei comenzó a reparar en detalles a los que nunca le había prestado atención: los ojos de Caelian, profundos y cálidos; la manera en que el cabello, alborotado por el ejercicio, enmarcaba su rostro; la firmeza suave con la que sus dedos se cerraban sobre la piel delicada de las muñecas de Alexei. Y sus labios, que se entreabrían como prometiendo la entrega de un secreto.

¿Termina bien? (completa)Where stories live. Discover now