LNAPELD

Episodio 95

A Philip le daba vueltas la cabeza.

Pero no había opciones.

Finalmente puso todas las cosas que tenía en sus brazos frente a Ventus.

"Bueno eso es..."

¿Por qué están los restos de la emperatriz muerta allí? ¡Se lo debo haber dado a esa chica! El rostro de Matteo estaba teñido de contemplación.

"Eso es, esto es, así que..."

Matteo tartamudeó, buscando algo que decir.

¿Pero no dijo que se metía cosas en la boca? No había hueco por donde salir.

Fue cuando.

"Probablemente."

Kartia abrió la boca con voz tranquila.

"Parece que nuestro segundo príncipe recogió lo que perdió el primer príncipe. ¿No es así?"

"Sí......?"

"El segundo príncipe lo recogió por accidente, pero accidentalmente lo derramó de nuevo".

Cartia endureció la mirada y miró a Mateo.

Matteo frunció los labios y asintió apresuradamente.

"Ah... sí, sí. Esto es lo que guardé".

"¿Sí?"

Ventus asintió con la cabeza como si contemplara sus palabras.

Su mirada estaba fija en la joya descolorida.

A medida que el silencio de Venters se hizo más largo, Matteo no pudo superar su impaciencia y abrió la boca.

"Se lo devolví a mi hermano. Porque estoy fuera-"

"Si es así, ¿dónde lo recogiste?"

"......¿Sí?"

"Te pregunté dónde lo recogiste".

Matteo cerró la boca como si fuera un marisco.

La difunta emperatriz era el único aliento y refugio de Fabián.

Para él, las reliquias de la emperatriz eran los últimos vestigios de su madre.

Incluso el emperador no sabía cuánto lo valoraba Fabián.

'Si me dices un lugar al azar, te atraparán mintiendo.'

Ni siquiera sabía si me descubrirían que lo robé. Matteo se humedeció los labios temblorosos.

"Ton, mientras caminaba por el palacio de mi hermano..."

"Espera, Mateo".

En ese momento, Ventus levantó la mano.

"Yo no te pregunté."

La aguda mirada de Venters alcanzó a Philip de principio a fin.

"¿Me responderás?"

Philip se lamió los labios con una expresión de perplejidad en su rostro.

"Su Majestad. ¿Cómo puede hacer esa pregunta? 2 El príncipe está claramente-"

"Respóndeme."

Kartia dijo que estaba triste, pero Venters preguntó con firmeza.

"¿Dónde recogiste esto?"

El rostro de Felipe se puso pálido.

'Tu sabes todo.'

Su Majestad notó que Matteo y yo estábamos mintiendo.