Episodio 70

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* * *







Esa noche, la mansión Salomé.



El llanto de un niño pequeño resonaba.



"Niña, deja de llorar. ¿Sí?"



"¡Oooh!"



La niñera que había estado cuidando a Wintia desde la infancia la consoló, pero Wintia no dejaba de llorar fácilmente.



Tal insulto fue el primero en mi vida.



Salomé era una rama de la familia Clider, la propietaria del rango más alto del imperio.



Era respetado dondequiera que iba. Nunca había inclinado la cabeza ante nadie excepto para saludar.



Yo hice... ... !



"¡Vete! ¡Vete! ¡Eh!"



Wintia comenzó a llorar más y más.



Pensé que todo era perfecto.



Cayó a propósito y se convirtió en un desastre.



Dijo que le iba a dar una rosa al pavo real. Todo salió según mi plan.



Pero... ... .







"No es de extrañar que pensaras en mí como un playboy".



"Está bien, solo


Eso era un malentendido."



"Podrás recogerlo más fácilmente con la magia de Young Ae. Entonces no tendrás que caer como hoy".







Fingí no decirlo, pero todos se habrían dado cuenta. qué he hecho



¡Por esa perra!



"¡Oooh!"



Wintia arrojó todo lo que pudo tener en sus manos.



Mientras el sonido metálico y agudo resonaba, el llanto de Wintia se hizo más fuerte.



"Señora, por favor, deje de llorar".



La niñera consoló a Wintia con su cabello desordenado.



"¡Te dije que te fueras!"



¡disco!



Un objeto que arrojó Wintia golpeó la cabeza de la niñera. Fue cuando la niñera sintió que su mente desaparecía por un momento.



"¡Llora por lo que hiciste bien!"



La puerta se abrió con un grito agudo.



El vizconde Salomé entró rugiendo en la habitación.



La niñera volvió en sí.



"¿Sabes lo que has hecho ahora? ¡Incluso si pintas la cara de tu padre, es aceitosa!"



"¡Maestro, por favor, cálmese! Cometió un error..."



"¿No puedes apagarlo?"



El vizconde Salomé abofeteó a la niñera en la mejilla. El cuerpo de la niñera se desplomó en el suelo sin poder hacer nada.



En ese momento, Wintia abrió mucho los ojos como si estuviera sorprendida.



¡Es como llorar todo el tiempo!



Mencioné demasiado.



Numerosas palabrotas permanecieron en su boca.



Pero el vizconde reunió toda la paciencia.

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