𝑫𝒐𝒔 𝑶𝒗𝒆𝒓𝒍𝒐𝒓𝒅𝒔~| ᴀʟᴀsᴛᴏʀ X ᴛᴜ

3

—Pensé que no confiabas en ella— Se sentó en frente de ella probablemente olvidando el café.

—No confío en ella, pero menos en Alastor— Se refería al rarito.

De cualquier manera la conversación las distrajo lo suficiente para que pueda llevarme el café sin ser notada.

Salí de la cocina a paso algo apresurado.

—¿Y el café....?— Escuché a Charlie preguntar.

Le dí un sorbo a este, mierda Charlie siempre le echaba azúcar, que asco, igualmente seguía siendo café. De una u otra manera termine chocando con alguien, casi y me hace tirar el café, intenté ignorarle siguiendo caminando para una mano me obstaculizó el paso.

—¡Hola querida! No pensé que fueras de los demonios que se despiertan temprano—  Por su voz era muy fácil identificar quién era.

—Que mierda haces en medio de el pasillo Al....— No recordaba su nombre.

—Alastor, pues estaba mirando el hotel, ¡Xreo que necesita un par de modificaciones!— Su sonrisa era jodidamente irritante, ¿Acaso el bastardo no dejaba de sonreír? Supongo que no. Continuó hablando — Deberías de mostrarme el lugar—Su sonrisa pareció ampliarse ¿Se estaba burlando?

—Para eso acude a Vaggie — Murmuré ya enojada y sin demasiadas ganas.

—Sonrie querida, ¡Dicen que no estás completamente vestida sin una sonrisa!— Rodé los ojos, si no estaba completamente enojada  antes su comentario lo había logrado.

—No jodas— Lo ví quedarse a escasos centimetros de mi —¿Acaso no conoces el espacio personal?— Me alejé de el, no me agradaba la idea de estar a escasos centímetros de nadie.

—¡Lo lamento querida!— Igualmente pareció hacerle caso omiso a mis palabras ya que se volvió a acercar— ¿Se podría saber que tipo de café está bebiendo?— ¿Que mierda con sus preguntas?

—¿Para que mierda quieres saber eso?— Me alejé de el nuevamente.

—¡Simple curiosidad!—

—Ni puta idea, lo encontré en la cocina— Respondí restandole importancia.

—¡La puta madre que te parió Kunai! ¡Ya es la cuarta vez que te vas robando el maldito café enana de mierda!— Escuché a Vaggie gritar, ví que el Demonio Radio miró hacia el lugar del grito confuso, así que aproveche esto para pasar debajo de su brazo continuando con mi camino

—Adios rarito— Le dije con una falsa sonrisa.

Al dar un par de pasos vi que la misma figura me tapaba el paso, parece que ignorarlo no era una opción.

Lo miré con la peor cara que pude, su simple presencia era detestable, tal vez exageraba un poco.

— El bastardo es insoportable— Esta vez no le ví, por primera vez estaba de acuerdo.

—¡Estoy seguro de que una sonrisa quedaría mejor en esa cara!— Su voz era bastante tranquila, aunque hablaba bastante  fuerte, seguía teniendo en su mano aquel mismo bastón que portaba ayer, no debía quitarle la vista de encima a este idiota, no me inspiraba confianza, pero en cierta parte eso era divertido, jodidamente divertido.

— Deja de dar tantas vueltas, ve  directo al grano— Noté que la estática aumentó, en cierta parte entendía porque los pecadores le tenían miedo, de cierta manera inspiraba aquella aura, pero claro que no lograría intimidarme, era un juego bastante divertido, ¿Quién se mostraría vulnerable primero? Cualquier paso en falso lo usaríamos para sacarlo del juego, mas poder.