Capítulo 17: La paz que anticipa una caída inevitable. Parte 1 (Blake)

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Sí, en la tarde. Al parecer, mientras yo no prestaba atención a sus mensajes, ellos habían decidido que era una excelente idea planear una salida para disfrutar de este último día de tranquilidad, pues mañana estarían llenos de nervios e intriga por saber cómo iría la votación.

Siendo sincero, a mí me da igual si ganamos o perdemos.

Aunque no podía decir eso en frente de ellos, lucían demasiado animados para que llegara a arruinar su felicidad con mi quemeimportismo.

¡Por fin sonó el timbre! Ya me estaba cansando de esperar.

Como terminé la prueba con mucho tiempo de anticipación, el maestro me dejó salir al recreo desde ese momento, así que ya llevo un buen rato sentado en el comedor porque quise aprovechar para apartar una mesa.

Ojalá se apresuren. Me siento ajeno con tantos niños que están en las mesas cercanas, haciendo demasiado ruido con sus gritos.

Odio demasiado a los niños, no los soporto.

Al menos ya se están yendo porque su hora libre termina cuando inicia la de los años superiores. Los chicos ya deberían haber salido.

Y así paso casi diez minutos atento a la entrada hasta que los veo pasar el umbral. Alzo la mano para llamar su atención, la primera en verme es Amy y les avisa a los demás, lo que provoca que me convierta en su centro de atención.

Sam me sonríe y saluda desde la distancia, a lo que devuelvo el mismo gesto; Nhoa solo asiente hacia mí y devuelve su vista hacia la fila para comprar, manteniendo la actitud fría como es usual; y, por último, Kerrick parece escudriñarme con la mirada, sostiene sus brazos cruzados y no hay ninguna alteración en su expresión, pero tengo la sensación de que está enojado.

¿Ahora qué hice?

Sí, sí, puede ser que, como ya dije antes, los haya ignorado por dos o casi tres días, sin embargo, al final le terminé escribiendo y él fue quien respondió como un témpano de hielo.

¿Qué se supone que le respondes a un simple Ok acompañado de una carita?

No es mi culpa que sea tan resentido.

Ellos comienzan a hablar por unos cuantos segundos hasta que parecen llegar a un acuerdo porque los veo afirmar y luego darse la vuelta para colocarse en la fila, a excepción del rubio, quien gira hacia donde me encuentro y empieza a caminar.

Cuando llega, no dice nada y arrastra la silla de mi izquierda para tomar asiento. Deja su celular sobre la mesa y reposa sus ojos en mí, pareciera que está luchando consigo mismos antes de continuar con lo que sea que vaya a hacer.

—Eres un completo idiota —lanza una mirada seria y luego suspira.

Sospecho que alguien amaneció bravo.

Auch —sostengo mi pecho para dramatizar un poco e intentar aligerar el ambiente, quizá consiga sacarle una risa—, vaya manera tan fea de tratar al...

—Y muchas gracias —me interrumpe de inmediato, dejándome sorprendido y demasiado confundido porque no entiendo por qué me está agradeciendo. Es decir, hace unos segundos estaba enojado, creo.

—¿Muchas gracias de qué? Entendía que estabas molesto, sobre todo porque me acabas de llamar...

—Gracias por haber interferido el lunes y hacerle frente a Josh cuando estaba molestando —rasca su mejilla con nerviosismo—, si no hubieras llegado en ese momento, no sé qué hubiese hecho. Te estoy agradecido por ello.

Ah, así que se refiero a eso.

—Tranquilo —palmeo su espalda para que se destense—, no lo iba a dejar hablar tanta porquería sobre todos ustedes —arrugo un poco el entrecejo al recordar toda la basura que soltó ese chico—, ya había sobrepasado el límite y alguien debía cerrarle la boca.

Mi ambedo, tu litost (#PGP2022)Where stories live. Discover now