Mis ojos se abrieron de inmediato, casi como si me hubiesen golpeado el estómago con un martillo, y me senté en la cama con tanta brusquedad que terminé mareándome.

¡¿Qué haces allí, Jauregui?! —Le recriminé mientras volteaba a mirarla. Mi novia estaba riendo— ¡El centro comercial no abre todos los días!

Ella simplemente intentó no carcajearse demasiado alto y corrió al baño. Yo fui un poco más atrás y me di el tiempo de ayudarla... En silencio agradecí al cielo por tenerla un día más a mi lado, y sé que ella hizo lo mismo...

La ropa que nos colocábamos consistía en camisetas agujereadas, pantalones manchados, zapatos con las suelas desgastadas... No le dábamos importancia, por supuesto. No se puede exigir mucho cuando la gente que confeccionaba tu ropa ha muerto.

Salimos de allí con nada más que nuestras cartas de racionamiento, un par de dólares que ganamos con trabajos clandestinos y el arma de Lauren.

Tener algo con qué defenderse era muy importante en esos tiempos, pues, aunque casi todos los portadores del virus eran internados, siempre había algún listillo que lograba pasar inadvertido. Eran ellos quienes terminaban atacando a la gente sana en medio de la calle para arrebatarle sus alimentos... Por supuesto, en cuanto uno de ellos te tocaba dejabas de ser una persona sana.

Lauren y yo caminábamos de la mano con rapidez mientras intentábamos no tocar a las personas que pasaban a nuestro lado. Yo casi nunca miraba sus rostros, pero constantemente me preguntaba quién sería el próximo en caer.

A veces ella me besaba la mejilla porque decía que me veía muy tensa. Yo intentaba calmarme aunque sabía que Lauren estaba en el mismo estado que yo.

Las personas a nuestro alrededor no miraban nuestro comportamiento afectivo con desprecio. En realidad, no lo miraban para nada.

... Ya no importaba si éramos dos chicas amándose en medio de una vía pública.

 Lo único que importaba era sobrevivir.

¿Las chicas estarán allí? —Pregunté a mi novia. Solo podíamos salir de casa los sábados y las líneas telefónicas estaban constantemente colapsadas, así que no podíamos hablar con nuestras amigas muy seguido.

Dinahy Normani sí. Ally solo estará si Troy acepta cuidar a Tyler —Contestó mientras miraba hacia todos lados con cierto temor. Ella siempre estaba alerta, pero no de esa forma... Supongo que presentía algo—. Ahora camina. Esa anciana no me da buena espina...

Llegamos al centro comercial unos pocos segundos después. Por suerte no tuvimos ningún problema... Nunca los tuvimos, en realidad. Nuestra arma jamás fue usada.

A la entrada y salida de cualquier lugar siempre encontrabas a los hombres de blanco, quienes guardaban tus armas y se aseguraban de que tu sangre no estuviese infectada. También eran quienes te llevaban al área de aislamiento si descubrían que el virus estaba en tu sistema.

El procedimiento era fácil: Te pinchaban un dedo y colocaban la sangre en un aparato. Si la luz era verde podías pasar, y si era roja significaba que tenían que llevarte.

Siempre la dejaba pasar primero... Si se la llevaban a ella tendrían que llevarme también.

La luz fue verde para ambas, así que entramos al centro comercial con un suspiro de alivio.

... Sé que al leer "Centro Comercial" muchos piensan en un lugar colorido repleto de tiendas y compradores, pero el nuestro era algo distinto.

Las personas eran escasas y la mayoría de las tiendas habían cerrado. El suelo estaba sucio, las escaleras mecánicas se habían averiado, las luces parpadeaban... Aun así, estar allí era como el paraíso.

Virus Letal |CAMREN|Where stories live. Discover now