011- Wanda, the only one capable of entering his mind.

4.4K 389 120
                                    

–¿Chocolate, vainilla, fresa?, ¿vainilla, fresa, chocolate?, ¿fresa chocolate, vainilla? –pensaba en voz alta cuando dirigía a la heladería frente a mí– ¿Chocolate, vainilla, fresa?, ¿Por qué es tan difícil elegir un maldito sabor?

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

–¿Chocolate, vainilla, fresa?, ¿vainilla, fresa, chocolate?, ¿fresa chocolate, vainilla? –pensaba en voz alta cuando dirigía a la heladería frente a mí– ¿Chocolate, vainilla, fresa?, ¿Por qué es tan difícil elegir un maldito sabor?

–También tenemos de algodón de azúcar, señorita –mencionó un chico de tez blanca con cabello mitad rojo escarlata y mitad negro azabache, detrás del mostrador con una sonrisa, mostrando así el piercing por los dientes.

–No me ayudas en nada –contesté con fastidio, él se encogió de hombros volviendo a mirar el celular en sus manos.

Cuando escapé de los Peter's me fue fácil encontrar una heladería lejos de la casa de Strange, de la cual, escapé.

Observé los veinte sabores detrás del vidrio donde se mantenían en el frío.

¿Qué se sentirá ser un helado?

–¿Va a pedir? –cuestionó impaciente el chico.

Lo miré aún más fastidiada, con mi entrecejo fruncido.

–¿Qué acaso no me ve?.

–La veo y está haciéndome perder clientes –contestó señalando la fila detrás de mí.

–Entonces atiéndelos –dije, obvia.

Él me sonrió por compromiso.

Volví la mirada a cada estúpido sabor y por primera vez, no supe cuál sabor de helado pedir.

¿Qué te sucede?

No lo sé.

Mordí mi labio gimiendo del disgusto.

Perdida en mis pensamientos, no me percaté de la presencia de una persona a mi lado.

–Es difícil elegir un sabor, ¿verdad? –comentó una voz gruesa, masculina aunque pasiva, me limité a asentir y a no mirarlo–. Si, a mí se me dificulta, es como cuando no sabes con quién follar, si con la chica sexi o el chico sexi –se replanteó con voz cansada.

Mordiendo mi labio inferior y con una expresión confusa lo volteé a ver, era un hombre de quizás 30 o 40 años, castaño, pero con algunos mechones más claros que otros, ojos color avellana que estaban fijos en los helados. Pero su rostro tenía particularidad, estaba quemado, su piel arrugada, como una cicatriz que abarcaba toda su piel. Al bajar la mirada a sus manos me percaté que ellas también estaban quemadas.

–Sí. . . Difícil –suspiró y por fin me miró.

–¿En serio acabas de comparar no saber qué helado elegir con no saber con quién follar? –inquirí con falsa indignación.

Metió las manos en sus jeans vaqueros desgastados –¿Si?, ¿con qué si no?.

Asentí nuevamente mirando los helados.

꧁𝚃𝙷𝙴 𝙽𝚄𝙼𝙱𝙴𝚁 𝙵𝙾𝚄𝚁꧂ 𒊹︎︎︎-𝐒𝐩𝐢𝐝𝐞𝐫-𝐮𝐧𝐢𝐯𝐞𝐫𝐬𝐞-𒊹︎︎︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora