Slytherin

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𝙲𝚊𝚙𝚒𝚝𝚞𝚕𝚘 𝚝𝚛𝚎𝚜: 𝑆𝚕𝑦𝚝𝚑𝚎𝚛𝑖𝚗


La entrada de la sala común estaba camuflada, si no eras un Slytherin o si no conocías su lugar específico, no la encontrarás, ésta era una pared de piedra ubicada en las mazmorras de Hogwarts, bajo el lago negro, bastante frío.

La contraseña había sido "Chambreverte", que separado y traducido vendría significando «Habitación verde»

La sala común era un poco más cálida, pero no mucho, sus paredes eran de piedra también, el techo era de piedra pero estaba cubierto por serpientes de plata cruzadas y enredadas a través de ellas mismas,  tenía una alfombra de una tela bien conservada y cara para aplacar el gélido suelo, los sillones eran de cuero y bastante cómodos, estaba la chimenea en dónde crepitaba el fuego ardiente esperando a que se sentarán frente a él, habían sutiles adornos en tonos de violetas resaltando entre el verde, el escudo de la Casa estaba gravado en uno de los muros y en otro se leía la frase: "Se una voz, no un eco", en el fondo del espacio había un gran cuadro de Salazar Slytherin que miraba todo con suma indiferencia del cual supo nunca había dicho una palabra desde que el Señor Tenebroso se fue de Hogwarts.

A Harry le gustó, se quedó sentado en el suelo oyendo a los Prefectos hablar sobre reglas y como los nuevos o más pequeños no tenían que quedarse solos en ningún momento, algo tierno, pensó, cuando todos, del 4to año para abajo se fueron y solo quedaron los estudiantes mayores después de despeinar el cabello de los niños.

—Deve essere un idiota compiaciuto... —escucho susurrar a un chico negro que lo miraba mal a una chica de cara redonda y cabellos negros y cortos.

—E sì, sono arrogante, ma non stupido. —se metió en la conversación.

Toda la sala común quedó en silencio, bien, había respondido un insulto en italiano hablando en italiano, no iba a hablar portugués, ¿porque se le quedaban viendo?

Un séptimo año se le acercó, viéndose enorme en comparación a él sentadito en el piso en su posición de indio todo cómodo, Harry alzó la cabeza y espero.

—Potter...

—Es mi apellido. —hablo frunciendo los labios y observando al que supuso era el líder de las serpientes por ésta temporada.

—Si, bien, Potter. ¿A qué estás jugando?

Harry ladeó la cabeza y abrazo el cojín que le robó a un sofá.

—¿Cómo así? —pregunto.

—Ésto. Terminaste en el nido de serpientes y te instalaste ahí, ¿no está claro que hay algo mal aquí?

Sonriendo dulcemente, contrario a hace unas horas, negó con la cabeza.

—Me gustan las serpientes, son lindas. Quiero decir, no te digo que seas lindo, aunque lo eres, pero imagino que ya lo sabías.

Las mejillas del chico adquirieron un tinte rosado.

—Oh... Te hice sonrojar, eso es adorable.

—Definitivamente no soy adorable. —protesto el muchacho.

—Me parecías adorable... —reconoció Harry— Te voy a hacer una pregunta que te tenía que hacer hace rato. ¿Dónde duermo? ¿Aquí o en uno de los dormitorios?

El chico se vió desconcertado.

—¿Porque tendrías que dormir en el suelo, Potter?

Harry se encogió de hombros.

—Si no hay habitaciones libres o nadie quiere compartir conmigo lo respeto, tengo donde quedarme si eso pasa.

Capturó un par de orbes plateados observándolo a oír sus palabras.

De intercambio. { Harco }Where stories live. Discover now