-Yo si sé mover bien mis dedos, tu lo sabes muy bien.- Respondió Louis tratando de ocultar su sonrisa traviesa mordiéndose el labio y guiñándole el ojo a Harry.

El ojiverde le dio un golpe al hombro de Louis por su comentario. -Eso no viene en el examen, así que shh

-Okey okey, no dije nada.- Dijo Louis burlándose de Harry que estaba más rojo que un tomate.

Ellos son como la arena y el mar, no pueden estar sin el otro, pero ahora puede venir un gran agujero y seguramente caerán...

"O los empujaran en él..."


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-Harry, no llega nada, ya es tarde y ninguna carta a tocado la puerta.- Louis estaba arrancándose los cabellos de la preocupación. -¿Le habrá pasado algo? ¡Harry, ayúdame!

-No lo sé, amor, probablemente el cartero este mal.- Harry trataba de encontrar una respuesta para que el ojiazul se tranquilizara.

-Es que eso es imposible, han pasado muchas horas y no sé nada sobre ella, no me ha mandado nada, me importa una mierda el dinero, quiero a mi madre de vuelta.- Louis estaba desesperado y algunas lágrimas se desprendían de sus ojos, caminaba dando vueltas en su habitación.

Harry lo veía preocupado, asustado por su madre, no sabía que hacer en esos momentos. -Pero Lou, qué podemos hacer?

Louis paro de caminar y sin dejar de mirar al piso caminó hasta Harry. -¿Me acompañarás en las buenas y en las malas, verdad?

-Aunque no estemos casados, siempre te acompañaré.- Respondió Harry agachando levemente su cabeza para ver el rostro del ojiazul.

-Vámonos, vamos a buscar a mi mamá.- Dijo Louis haciendo que los ojos de Harry se abrieran como platos, si podían irse, pero no podrían sobrevivir por mucho tiempo.

-¿Estás seguro?- Preguntó Harry con sus manos sudorosas.

-Sé que es una puta locura, pero siento que mi madre me necesita, debo saber si está bien... ¿Qué haces?

Preguntó Louis secando sus lágrimas cuando vio a Harry abriendo el ropero y sacando la ropa que iban a necesitar.

-Vamos por tu mamá, Lou, sé lo feo que se siente no saber de tu madre, yo también lo he vivido y lo sigo viviendo, pero yo no quiero que sufras lo que yo sufro.- Respondió Harry mientras guardaba la ropa en una maleta pequeña que estaba adentro del armario.

Louis sintió que unos pequeños insectos con alas revoloteaban en su estómago y sus ojos veían la luz interior del ojiverde, ahora veía a su persona especial frente a él.

-Ya está, vamos por algunas cosas más en la cocina...- Harry no pudo terminar su oración, porque sintió como los brazos de Louis lo enrollaban por la cintura.

-Te amo mucho, siempre te protegeré mi niño.- Dijo Louis dejando un beso en los labios a Harry y lo ayudó con la maleta.

Bajaron las escaleras y cuando estaban a punto de entrar a la cocina, se encontraron a Jully limpiando un florero de ahí.-

-¿Chicos?- A Jully le extraño que Harry y Louis tuvieran una maleta en la mano y ver al ojiazul un poco lloroso. -¿Pasa algo?

Harry soltó la mano de Louis y fue corriendo a los brazos de la mujer que lo había cuidado durante varios meses como su madre.

-Gracias por todo Jully, muchas gracias.- Dijo Harry mientras lágrimas calientes salían de sus ojos color esmeralda.

-¿Cariño, qué pasó?- Preguntó Jully preocupada y acariciando el cabello ruloso del ojiverde.

1864Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz