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La discusión que tuvieron, realmente no fue por nada absurdo, empezaremos con Louis, el hermoso chico de ojos azules que es hijo del Teniente Tomlinson, una de las personas más importante de todo Reino Unido, Louis necesitaba saber si su madre se encontraba bien, ya habían pasado 3 días desde que su madre se marchó a un lugar desconocido.

El ojiazul no aguantaba más, hasta que le dijo a Harry que quería irse, quería que escaparan, que dejaran todo y fueran en busca de Jay, era una idea muy alocada, pero el amor hacía una madre es tan fuerte, que hasta puede mover montañas.

Obviamente Harry se negó a eso, tenía miedo por lo que podría pasar, los podían seguir o hasta mucho pero, los podían matar.

También recordó a su familia, no podía dejarla abandonada, tirada como basura, no podía dejar a las personas que lo criaron y en un principio Louis no podía entender, los nervios lo cegaban y no veía la locura que quería cometer.

Louis pensó que Harry era egoísta por solo pensar en su familia, pero es que ambos tienes motivos.

El ojiverde metió el tema de su familia que hizo que Louis se incomodara y ofendiera, como si la familia de Harry fuera más importante y eso, pero obviamente ambas familias tiene problemas y ninguno de ellos es más grave que el otro.

Después de esta pelea que tuvieron, se pudieron reconciliar, ellos están destinados a estar juntos y ningún bache puede hacerlos caer.

Ahora, Louis y Harry estaban sentados en las escaleras de la entrada de la casa, abrazados y pensando en cualquier cosa.

-¿Ahora qué hacemos?- Preguntó el ojiverde mientras jugaba con los vellos del brazo de Louis, con sus largos dedos trataba de hacer trencitas, pero eran cortos los vellos que no podía.

-¿Por qué? ¿Ya te cansaste de arrancarme mis vellos dorados?- Bromeó el ojiazul haciendo que Harry sonriera y soltara una risa silenciosa.

-Es que estoy aburrido y me estresa no poder hacerte trencitas con tus vellitos.- Reprochó Harry con un puchero en su boca.

-¿Dónde aprendiste a hacer trenzas?- Preguntó Louis viendo la hermosa nariz perfilada de Harry.

A Harry lo invadieron los recuerdos, los momentos en los que se sentaba en su cama junto a su mamá y le hacía trenzas para que los cabellos no la molestaran cuando cocinara o limpiara.

-Mi mami.- Respondió Harry con una sonrisa de lado a lado, amaba recordar a su madre, nunca se iba ir de sus pensamientos.

Louis sonrió y miró los cabellos ondulados y rebeldes del contrario. -Enséñame.

Los ojitos de Harry brillaron como dos estrellas del espacio. -¿Qué?

-Que me enseñes a hacer trenzas, tu cabello esta un poco largo, podría servir para mis clases. -Respondió Louis acariciando el cabello del ojiverde.

Harry se acomodo y de su bolsillo sacó una liga.

-¿De dónde salió eso?- Preguntó Louis con el ceño fruncido al ver como la liga pareció mágicamente en el bolsillo del pantalón de su novio.

-Es de mi tía, recuerdo que un día se le cayó y yo fui corriendo a recogerlo, pero al final nunca se lo devolví, me gusta mucho su color.- Contó el ojiverde y tenía razón, la liga era de un color rosado intenso y que brillaba con el sol, era muy peculiar.

-Esta muy lindo ladroncillo de ligas, con eso empiezo a trabajar?

Harry sonrió y mordió su lengua ligeramente. -Lou, esto no es un trabajo que requiere mucho esfuerzo, solo es saber mover tus dedos y ya.

1864Where stories live. Discover now