Lecciones Aprendidas © (CP #2)©

Cap. 16: Te dije que estaba vivo

—Jamás lo hare, no sé cómo reaccione y no sé si estoy lista.

—Lo estas, y sabes que lo necesitas para entrar a ser la mayor asesina de todos. Y como todos ellos, hicieron un sacrificio, mataron a alguien de confianza alta.

—Que estupidez.

—Si pero esa estupidez los hizo ser los grandes. En unos meses se hará una reunión y en ella irán todos los asesinos altos, desde las islas desconocidas hasta los grandes mexicanos o árabes.

— ¿Y cómo sabes?

—Lo sé todo y Luca también.

—Luca... es cierto. ¿Y qué hare?

—Este es el plan... -dice mientras se acomoda en la cama.

**SANTOS**

Uno tras otro golpe se asoma en mi mejilla, cada uno me voltea la cara pero la mantengo firme.

— ¿Dime que es lo que buscas? —dice Matías llegando a darme un golpe.  No lo niego, ese si me ha dolido.

—Creo que sabes que es lo que busco.

—Ella está muerta, la mataste hace mucho.

—Ella no puede estar muerta —digo al recordar su sonrisa de mi dulce ángel.

— ¿Por qué no? —pregunta tensando la cara.

—De lo contrario tú tampoco estarías aquí.

— ¿Por qué no? Digo, tú le prometiste amor eterno y vete ahora, casado y enamorado.

—No es lo mismo.

—Exacto, no es lo mismo el deseo al amor, no te confundas. Layra te quedaba muy grande Santos.

—Porque la sigues defendiendo, total tú ya te fijaste en esa tal Isabel.

—Es imposible que no... olvídalo. Isabel es mi pareja en la OSA.

—Entonces ¿quieres decir que tengo una oportunidad con ella? Tiene potencial —digo recordando esos ojos profundos de esa mujer.

—Ni te atrevas, tú mismo has sentido su mano en tu cara, y su mano derecha es la más fuerte.

—Me gusta.

—Me gustaría saber la opinión de tu mujer —dice mientras yo término de sacarme las esposas.

—Creo que la tendrás otro día  -digo mientras me levanto y me volteo pegándole con las patas de la silla. —Por ahora, a la que quiero es a tu mujer —anexo y me le aviento con todo y silla, provocando que esta se rompiera.

—Un placer —digo mientras camino y agarro la cadena que estaba en la chimenea, volteo y la enredo en los pies de uno de los hombres que estaban atrás de mí dentro de la habitación; jalo la cadena y este se cae pegándose en su cabeza. Mi brazo izquierdo lo levanto y choca con otro brazo, doy la vuelta pero recibo una patada en la espalda, me hinco y extiendo una de mis piernas provocando que esta cayera. En un momento ya recto siento unas botas de punto fino en mis hombros y un peso me inclina para atrás. Volteo estirando el cuchillo que estaba en el comedor y tengo un arma en mi frente.

—Dispara —digo agarrando  la pistola y ajustándola más a mi frente. No puedo más estas ganas, la miro a los ojos, esos malditos ojos que me la recuerdan tano. La jalo tocando sus mejillas y besando aquellos labios, su sabor es tan dulce y me empiezan a subir las hormonas. —Perdóname —digo en un susurro, mientras le inyecto una sustancia en su cuello y ella cae de inmediato. —Te hubiera conocido hace mucho,  pero solo tengo un amor de mi vida y su nombre es Layra. Perdóname —digo tocando su mejilla mientras mi mano tiembla. Y salgo corriendo.

**LAYRA**

 

—-

— ¡Despierta! Sé dónde estará hoy —dice Hannah despertándome en mi cama.

Me siento y toco mis labios. —Me beso, Hannah. Santos Hastings me beso.

—Sigue soñando, mas no te niego que se escapó. Pero hoy estará en el Crucero Queen Victoria. Es un baile de máscaras.

—Que conveniente... ese fue nuestro primer baile.

—Es el momento que sepa que estas viva.

~o~o~o

Hola, hola.

¿Cómo están?

Espero y bien.

Hihihihi, ¡sí! ha regresado Alex y si, Layra sigue amándolo.

¿Cómo ven?

He visto que muchos quieren que se quede Layra con Alex y la verdad estaba pensando en hacer el final trágicamente pero ahora como que no XD.

Pero en fin, comenten que me encanta leerlos :)

Gracias por seguirle dando una oportunidad a esta historia.

Chao, chao.

***

 

Canción: Daniel Bedingfield - Secret Fear

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