Lecciones Aprendidas © (CP #2)©

Cap. 16: Te dije que estaba vivo

—No, ¡definitivamente no lo hare Matías! ¡No insistas! —digo alterada al escuchar la idea loca que viene de Matías. ¿Matar a mi padre? Es ¿en serio?

—Lay... -dice pero lo veo reprobatoriamente y el corrige. —Isabel. Isabel no podemos permitir que ahora con él regreso ese infeliz, tus planes se echen para abajo.

—Jamás he dicho que me eche para atrás. Voy a seguir.

—No eres capaz, se tu gran valentía pero esta vez tu debilidad llego.

—Matías...

—No digas nada. ¿Crees que no se? Ahora que llego Santos te harás invisible hacia mí, todo mi esfuerzo para estar contigo se ha ido al carajo. Y ahora que él llegó, ya sé que jamás tendré otra oportunidad.

—Matías...

—No digas nada, no quiero hablar de eso. Layra tienes que matar a tu padre. O ellos lo harán. Y tiene razón, no es el único que lo intentara, no tienes ni idea de todas las balas que lo he salvado.

Eso me hace sentir tan mal que mi estómago empieza a sentir un nudo.

Me levanto, lo miro. Doy un suspiro y me quedo en silencio, me olvido de todo un poco. Maldigo el momento que Luca me convenció de haberme metido aquí. Me retiro y me voy a mi habitación.

Marco en el elevador el piso cuatro. Salgo y me encuentro con Hannah sentada en mi puerta.

—Vaya pensé que jamás llegarías, o que ya te habías suicidado.

—Jamás lo haría. Pasa -digo sacando una tarjeta y la puerta se abre después de deslizarla en una máquina.

— ¿Necesitas algo? -pregunto.

—No, sólo quería venir a ver como estabas —dice mientras me sonríe y se sienta en mi cama.

—Estoy viva —digo para no decir ni bien, ni mal.

—Te dije que estaba vivo.

—Si pero jamás dijiste que quería matar a  mi padre, que me estaba buscando y mucho menos que me quería matar a mí también.

—Él no te quiere matar ¿no te das cuenta? Santos desde el momento que supo que habías "muerto" regreso y ¿le has visto? Tiene una cara que así deja de ser el más sensual de todos.

—Hannah ¿sabes cuantas veces grite su nombre? y el no llego... jamás.

—Y querías que entonces te mataran...o... o no sé Layra.

—Pues no lo sé —digo dando un golpe en el tocador.

—Voltea y dime que no lo amas —dice autoritariamente.

Volteo y la miro a los ojos... —Mentira te diría si no, pero también amo a  Matías. Y también estoy muy enojada con Santos, el maldito estuvo escondido ¡por más de tres años!

—Pues tendrás que elegir rápido, Santos y menos Matías te esperaran.

— ¡Pues entonces que no lo hagan, no se los estoy pidiendo!

— ¡No te das cuenta que estos dos pueden hasta morir por ti!

— ¡NO! —Grito —Y te voy a pedir que no volamos a hablar de este tema —digo metiéndome a las sabanas. Hannah se levanta y se mete conmigo.

—Perdón, no quería...

—No te preocupes.

—Layra, soy tu amiga por más de cinco años, nadie te conoce más que yo, ni tu madre. Dile quien eres a Santos.