Un Mundo Para Mí ~ [Legolas X Harry]

Cap.8 [¡La partida de Harry y Legolas!]

Harry sintió que iba a despertar pronto. Se sentía como si hubiera dormido una eternidad. Desde el episodio de Moria, sabía que había estado en coma durante al menos varios días.

Su magia había reaccionado mal al toque del oscuro, y debió pasar mucho tiempo antes de que pudiera expulsarlo de su cuerpo.

Harry podía sentir el bosque a su alrededor. Este bosque era tan puro. Pero los árboles lloraban y sabía que éste no duraría mucho antes de hundirse en la negrura de la oscuridad.

Harry trató de abrir los ojos varias veces antes de poder hacerlo. Cuando por fin logró abrirlos, fue para ver el brillo del sol. Se tapó los ojos con las manos y esperó a que se acostumbraran a la luz. Trató de levantarse, pero se sentía mareado y dejó escapar un gemido.

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Legolas regresaba del río con un poco de agua en las manos.

Estaba en sus pensamientos reflexionando sobre lo que había sucedido en las semanas previas a su partida de Rivendell. Pensó en sus reuniones con Harry.

Harry... Este aún no se había despertado. A pesar de que su fiebre había bajado, siguió cerrando los ojos. Legolas estaba realmente preocupado por el pequeño elfo. En las últimas semanas había comenzado a sentir una especie de afecto por él. Por eso se acercó a la bella durmiente, para poder darle un poco de agua.

Un pequeño gemido llegó a sus oídos. Sus ojos se abrieron cuando vio que el sujeto de sus pensamientos intentaba levantarse. Corrió hacia la persona en cuestión y lo ayudó a levantarse. Tomó el agua y se la dio a Harry, quien rápidamente se la tragó entera.

- Gracias... Legolas... susurró Harry, dejando escapar un suspiro de bienestar cuando sintió el líquido frío corriendo por su garganta. Dónde estamos ? Dijo, tomando una cara seria.

Legolas parecía triste y suspiró:

- Harry, debes saber que pasaron muchas cosas mientras dormías. Estuviste inconsciente durante más de un mes.

- Un mes ! exclamó Harry, sorprendido de que su magia tardara tanto en recuperarse.

- Sí, un mes. Te diré todo.

Y le contó... de la persecución de los orcos en la ciudad de Cavenain, de la aparición del Balrog, de la muerte de Gandalf tratando de protegerlos... Pero también del viaje a los bosques de Nothlorien, y de su encuentro con la dama de Lorien, su parada cerca del argonath, el ataque sorpresa de los orcos, el secuestro de los dos jóvenes Hobbits, la muerte de Boromir y finalmente, la partida de Frodo y Sam hacia Mordor.

Harry estaba paralizado, no podía creerlo... Sus compañeros habían peleado muchas veces, nunca habían dejado de caminar siempre rectos, habían perdido a dos de los suyos y algunos incluso habían sido secuestrados, ¿y él estaba durmiendo?

Legolas, al no ver que Harry ya no lo escuchaba, continuó hablando.

- Habíamos planeado salvar a Merry y Pippin para su...

- Lo siento... dijo Harry bruscamente, interrumpiéndolo.

Legolas levantó la cabeza sorprendido y lo que vio le enfermó el corazón. Las lágrimas brotaban de los ojos de Harry y su mirada ahora estaba velada por una inmensa tristeza. Legolas no pudo resistir esta visión y lo tomó en sus brazos.

- Lo siento... lo siento por no cumplir mi promesa y por ser una carga...

- Harry, no es tu culpa en absoluto. No tienes que culparte a ti mismo, susurró Legolas suavemente en su oído.

Legolas entendió que, a pesar de lo que había experimentado durante su infancia, todavía era un niño. Permanecieron en esta posición, hasta que Harry se puso de pie, con una mirada determinada en su rostro que impresionó al elfo.

- ¡Yo no dejaría que eso sucediera! Harry dijo con toda la fuerza de voluntad que tenía.

Fue entonces cuando Gimli y Aragorn regresaron.

-¡Harry! Estás despierto ! Gritó Gimli acercándose a los dos elfos.

- Sí Gimli, estoy despierto, dijo Harry tranquilamente sonriendo. Aunque al principio no le caía bien, el enano había sido capaz de demostrar, durante el camino que los separaba de las minas de Moria, una gran lealtad hacia su pueblo.

- Harry, bienvenido entre nosotros. pronunció Aragorn.

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Harry tenía un plan. Pero para que funcionara, sus camaradas tuvieron que aceptar.

- Te oimos ! Gritó Gimli.

- Bueno para empezar, yo y Legolas, saldremos para alcanzar a Frodo y Sam.

- Qué ? Gritó Gimli. Pero por qué ?

- ¡Porque le hice una promesa a Frodo y la mantendría! Pero no será fácil encontrarlos con orcas en los pies, por eso me gustaría que tú, Aragorn y tú, Gimli, tratéis de alejarlos de la orilla.

- ¿Pero por qué no puedo ir contigo? preguntó el enano.

- Pues porque mi magia no resistirá el poder de la oscuridad de Mordor. Estuve en coma por más de un mes mientras estábamos en minas simples, ¡así que imagina! No duraría ni unas pocas horas en Mordor. Es por eso que planeo encerrar mi magia dentro de mí, para que no pueda usarla. Será más fácil para mí tener a alguien como Legolas para que me ayude a escuchar y ver a los enemigos.

- ¿Pero también eres un elfo? No ? persistió Gimli.

- Sí, pero probablemente estaría exhausto con mi magia así encerrada. Mis sentidos pueden ser menos eficientes y no quiero correr el riesgo. Tienes que confiar en nosotros. Solo tienes que protegerte de los orcos y salvar a Merry y Pippin. Será tu deber. Harry respondió. Llévelos a un lugar seguro y dígales que todo va a estar bien. Cuando esto esté hecho, solo te quedará esperar que Frodo tenga éxito en su misión, pero no te preocupes, protegeré a Frodo hasta que muera.

- Pero... Empezó Gimbli.

Pero Aragorn lo interrumpió.

- Confiamos en ti y la vida de Frodo está ahora en tus manos. Harry, Legolas, les deseamos suerte. Puedes estar seguro de que cuando regreses después de destruir el anillo, Merry y Pippin estarán a salvo.

- Bien, gracias Aragorn. Cuídate. Harry dijo finalmente.