descenso

No quiero ver hacia atras.

El día estaba nublado, propio de un día triste, pero no para todos, al menos sabían que era un problema menos del que preocuparse. Todos salieron de la capilla, los chicos que alguna vez fueron niños hoy son casi adultos, pero avergonzados de su inmadurez y su capacidad para procesar lo que estaban viviendo, aun cuando toda su vida fue un sube y baja de emociones, emociones proporcionadas por una sustancia que definiría sus vidas.

Los chicos habían salido de la capilla, estaba asustados, estaban felices, estaban tristes, no sabían que sentían, era los estímulos llenando sus cuerpos con emociones reales, no ficticias o químicas, sino más bien, era un golpe de realidad.

Allí estaba un grupo de amigos que hace años solo habían arruinado sus vidas por el uso de una droga, una que el día de hoy acababa con la vida de alguien que conocían bien.

Mi nombre es Luz Noceda, muchos conocen mi historia. Portal, reino de los demonios, humana perdida, una madre sustituta, pero... la verdad es que al inicio me gusto vivir aquí. Era un mundo de fantasía y pude convertirme en bruja, aprender cosas y... no sirvió de mucho. Nunca más pude ver a mi mama, nunca más pude regresar a mi mundo y la vida se tornó oscura, tenía a mis amigos, pero... no era lo mismo. Hasta que un día conocí algo, algo que alegraba mis días, o al menos impedía que pensara en cosas malas, eso me salvo por un tiempo, pero al igual que el tabaco, solo quieres consumirlo sin detenerte, sabes que te puede hacer mal y lo sigues usando como si nada importara, porque cuando te da depresión, lo único que quieres es no pensar en el futuro, solo quieres disfrutar los placeres del presente y tener la seguridad de que no miraras hacia el abismo una vez más con intenciones de arrojarte y ser salvada por tu mejor amiga, ese recuerdo ya es viejo, ya no me afecta, pero me gusta pensar que soy una persona normal, una que puede cargar con el peso de sus decisiones, pero cuando veo hacia atrás me doy cuenta de que no me madurado, pero ya no me gusta mirar hacia atrás. De hecho, el día de hoy tengo un trabajo con el que me gano la vida.

En un callejón cerca de la casa de reposo de huesos burgo se encontraban varios jóvenes. Luz, era una chica brillante y quien insistió en conseguir este trabajo, en el cual invito a sus amigos.

Amity era su novia, era una fuente de felicidad constante en su vida, valoraba lo que hacía por ella y ella hacia lo mismo, Amity era una chica que toda su vida fue atormentada por las expectativas de sus padres, solo que hoy le da igual lo que piensen de ella.

Willow era la mejor amiga de Luz, una chica que siempre fue insegura de sí misma, aun cuando tenía el potencial para lograr lo que fuera, solo se rindió, porque el mundo fue muy exigente con ella, pero ella aprendió a vivir con sus defectos.

Por otro lado estaba el pequeño, Gus era el más chico de todos los allí presentes, el cual no estaba convencido de lo que pasaba, pero le gustaba ayudar y servir como apoyo emocional. Además era necesario para trabajar.

No podían olvidar a Hunter, el chico huérfano, huyo de su pasado y se amisto con el resto, así que aun cuando es un poco serio, hace lo que le dicen, eso era bueno.

Okey-dijo luz viendo su reloj, -a trabajar.

Todos subieron por las escaleras de atrás, llegaron hasta el generador de la casa de retiro, allí desconectaron algunos mecanismos de energía y toda la casa de retiro se quedó sin electricidad.

Los chicos podían entrar con completa seguridad, donde avanzaron a través de los pasillos sin importarles quien los estuviera viendo, sus uniformes de cuidadores de ancianos les daban la seguridad a estos últimos de que estaban trabajando en algo, entonces llegaron hasta la sala donde habían medicamentos proporcionados por los impuestos de la ciudad, así que no les molestaría si los tomaban prestados, los metieron todos en un bolso y se los llevaron escondidos, luego Willow reactivo la electricidad y todos se alegraron por lo que había pasado, pero también hubo un problema, al parecer el casillero que estaba cerca de unos cables se quemó por el corto circuito, lo que quemo todos sus medicamentos, o eso es lo que les hicieron creer a todos los allí presentes.