7- ¿Qué querra el jefe?

289 52 0
                                    

Narra Irene

Era la hora de cenar, nos encontrábamos todos sentados en aquella mesa cuando apareció el jefe.

Yo no dejaba de mirar a Kelvin, ya que no me había contado nada sobre lo que quería hablarnos el jefe, mientras Janire tenía un codo apoyado en la mesa, fijándose en como sangraba la herida que tenía en el brazo.

- Hola...tengo algo que deciros.

-¿A nosotros o a ellas?-Preguntó Sean, mirando también la herida de Janire.

- A ellas, a las capitanas.- respondió el jefe.

- No, ellas no son las capitanas, sôlo que nos llevamos bien con ellas, son amigas.-dijo Kelvin cubriéndonos,¿cubriéndonos? ¿Por que haría eso?

- No, no son las capitanas- dijo Sean también.

- Claro, claro.¿Me lo tendré que
creer verdad? Por eso agarraste la mano de la chica de rizos y la levantaste diciendo que era la capitana.

-Vale, si ellas son las capitanas, pero...¿Qué pasa?

- Que tienen demasiado nivel para estar en estas cabañas.

-¿Demasiado nivel?- repitieron, extrañados. O fingiéndolo.

-Una de ellas dio cuatro veces en el centro de la diana, dudo que fuera casualidad- Sonreí levemente.

- Si, fue gracias a Kelvin.-dije, orgullosa.

- La otra superó el récord de los mejores, el récord de los mejores en escalada ¿Casualidad? No lo creo.

- A mi me enseñó Sean- dijo Janire nerviosa, se le notaba por la voz, que temblaba, trémula.

- Lo se, vosotras sois las aprendices, pero ahora tendréis que ir a otra cabaña con los mejores, lo disfrutaréis ,confiad en mi.- respondió sonriendo.

- Quiero que Irene se quede conmigo, todavía no esta lista-dijo Kelvin y apoyé mi mano encima de la de él

- Kelvin, yo estoy dispuesta a ir, quiero ir.- respondí, tranquilizándole.

- Pero es muy duro, no estas lista Irene.- seguía insistiendo el muchacho.

-No sé si estoy lista o no Kelvin, pero quiero ir.- sentencié.

-Yo también- me apoyó Janire, levantando la vista.

-Solo os decimos que todavía no estáis preparadas para ir a las otras cabañas, es demasiado duro para vosotras, no estáis listas- terció Sean.

-No importa, de todas maneras, ¿si vemos que es demasiado duro, podemos volver?- preguntó Jani al jefe, esperanzada.

-Lo siento, pero me temo que si entras ahí ya no vas a salir.- dijo él.
La verdad es que en parte no quería ir, pero deseaba marcharme de la cabaña en la que me encontraba. Odiaba estar con unas falsas como esas...eran insoportables.

-Yo iré, os guste o no, quiero ir.- dije, dando por finalizada la discusión.

-Yo también iré. No voy a dejar a Irene en esto sola...iré con ella.- Replicó Janire, aproximándose a mí.

-Bueno, pues recoged vuestras cosas, nos vamos mañana después de desayunar.- respondió el hombretón.

-¿Mañana? De acuerdo.-Respondí, tras reconsiderarlo un momento.

-Pero...es...demasiado duro, no os vayáis- dijo Kelvin,muy preocupado.

- ¡Chicos, callaos ya!- dijo el jefe, retirándose lentamente. Ya no volvimos a saber nada más de él, sólo nos quedaba esperar a la mañana siguiente para abandonar la infecta cabaña.

-Chicas no vayáis... Es muy duro...aun no sabéis nada de lo que pueden haceros allí.-dijo Sean, apenado.

-Sean, por favor, tranquilo, estaremos bien ¿vale?-Janire agarraba la mano de Sean nerviosa.

- Bien, pues...será mejor que nos vayamos para...estar bien descansadas para mañana, será un día muy atareado.- dije.

-Vale, es absurdo intentar abriros los ojos, si queréis ir, id, adelante. nosotros ya nos rendimos.

-Espera Irene, antes de todo me gustaría saber por que ellos han dicho que no eramos nosotras las capitanas -dijo Janire, cosa que yo también estaba interesada en saber...¿por qué nos cubrieron, diciendo que nos eramos las capitanas?

- Vale, lo hicimos por el bien vuestro pero ya vemos que no apreciáis nada, así que es mejor que no os demos información adelantada...ya os iréis dando cuenta de la realidad y os acordareis de nosotros.- dijo Sean, soltandi la mano de Janire bruscamente, su mirada, cargada de ira, frustración y decepción se clavó en ella.

- Sean, por favor, no te alteres.- intentó tranquilizarle ella.

-No pronuncies mi nombre, vete ya, Jani.

- Vamos,chicas, es tarde, iros, ya os daréis cuenta de por qué os protegíamos, no podemos contaros nada más.- terció Kelvin.

- Vale, ya nos vamos, hasta la próxima vez que nos veamos.-dije, yéndonos Janire y yo cada una a nuestra cabaña.

Yo me fuí algo nerviosa... ellos estaban muy preocupados,o lo aparentaban. No sabía nada acerca de lo que pasaría de ahora adelante...solo me podía esperar.

¿Y si nos escapamos? (Wattys 2015)Where stories live. Discover now