-Bueno... algo de compañía no me vendría nada mal
-Me parece muy dulce de tú parte aceptar qué yo vaya contigo
Roxy movio su cola y sonrió mostrando sus colmillos.
-Bien, entonces vamos, haremos una parada en la habitación de Monty
Te pusiste algo nervioso.
-¿Por qué tú mano tiembla T/N?
-N-no es nada... es qué... pues... Monty casi me ataca el otro día cuándo descubrió qué yo estaba dentro de su habitación, me tomo por sorpresa, me asusté mucho pues cómo bien sabes el tiene unas garras bastante afiladas
-Por ahora el ya no te molestará más, si intenta algo, yo te voy a defender
-Gracias Roxy, pero tampoco puedes pelearte con los demás animatronicos
-Pero... ¡¿por qué?!
Ella se exalto un poco.
-Lamentó si eso sonó mal...
La animatronico se apeno y agachó sus orejas.
-Perdón si soy muy violenta...
y empezó a llorar.
-¡No Roxy! ¡tranquila! en realidad no quise decir eso, quise decir otra cosa, es qué me preocupo por ti, no quiero qué algo malo te pasé
Roxy siguió llorando y tú sólo te acercaste para abrazarla y consolarla, al hacer eso, ella logró parar sus lágrimas y también te abrazó.
Volviste a sentir algo en tú corazón, no sabías qué era.
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Entraste a la habitación de Monty acompañado de Roxy, al parecer el lagarto no estaba cerca, se había salido de su habitación.
-Uff menos mal... supongo qué cerrare la puerta para qué Monty no valla entrar
-Yo lo hago, puedes continuar limpiando
Roxy cerró la puerta con llave.
-Otra vez... gracias Roxy
Le sonreiste y ella hizo lo mismo.
-Vaya, cuanta suciedad hay aquí...
Pasaste un trapo húmedo por las paredes de la habitación de Monty.
-Es cierto...
Roxy se paseó por la habitación.
-Vaya, si qué Monty rompe todo
La animatronico tomo entré sus manos unas cortinas rotas en las cuáles se notaban las garras de Monty.
-A de tener algún trastorno de furia
Dijiste calmadamente.
De pronto te alteraste un poco al escuchar cómo golpeaban la puerta de la habitación.
-¡DEJENME ENTRAR! ¡QUIÉN ANDA AHÍ ADENTRO! ¡LARGUENSE!
Era Monty, y se notaba bastante molestó.
-¡T/N! ¡SI ERES TÚ! ¡MÁS VALE QUÉ CORRAS POR TÚ VIDA!
Grito el animatronico enfurecido mientras los golpes en la puerta iban aumentando.
-¡Oh Dios!
Comenzaste a recoger tus utensilios de limpieza rápidamente.
-¡No podré salir por la puerta!
