En la finca del Pilar del Viento..
—Shinazugawa-san.
—Tomioka.
—Me gustas...
Dicho esto, el pelinegro salió corriendo.
—Pero..¡Ven acá, Tomioka, imbécil!
Gritó para empezar a perseguir al azabache por unas horas hasta que se cansaron.
Y termino con un hermoso beso.