— ¡P'Win! ¿Me compraste dulces? — Exclamó el menor de todos quién traía el uniforme escolar desarreglado, el cachorro se la había pasado jugando sin cuidado en los recesos, ese día no había sido tan malo.

— Claro Gun, pero no los compré yo, los compró tío Mick así que dale las gracias. — Habló el castaño subiendo al copiloto, acercándose a dar un beso en la mejilla de su querido Alfa, mismo quien no dudó en devolverlo, pero esta vez en los labios.

El camino fue tranquilo gracias a la conversación amena que mantuvieron de regreso a casa, todo había salido muy bien y para Win, era un sueño hecho realidad, bueno, casi, solo deseaba estar bien con sus padres, era lo único que necesitaba para permanecer tranquilo lo que restaba de su vida, pero sería difícil, las personas no cambian de la noche a la mañana y si lo hacen, son muy pocas las que reflexionan. Aún así, no guardaba rencor, quería llevar la fiesta en paz y así sería por un buen tiempo, hasta que tome el valor para comprar un ticket a Nakhon Pathom e ir a visitar su familia.

La tarde fue tranquila, cada quien haciendo lo suyo, la pareja de tortolos enamorados dándose mimos y besos en medio de la sala, mientras que un pequeño Gun leía al pie de la letra una receta de mini pastel que con tanta insistencia quiso elaborar y decorar, ¿La razón? Deseaba cantar el 'Happy Birthday' para su amigo. Por eso mismo pidió que nadie le ayudara a preparar el pastel, quería hacerlo con su voluntad y cariño. "Todos merecen un pastel el día de su cumpleaños" fue lo que pensó cuando Khai le contó que desde sus seis años sus padres se olvidaban el día especial.

Decoró con crema blanca y encima le puso chocolates, corazones, estrellas, más chocolates de colores y escribió con manjar el nombre del cumpleañero, se alejó un poco de la mesa para admirar su obra de arte y aplaudió lleno de felicidad por lo lindo que se veía. Quitó el polvillo de harina que había en su rostro y ropa, sabiendo que tenía muchos trastes por lavar pero aún así seguía feliz, era la primera vez que preparaba un pastel, sabía que su P' estaría orgulloso.

A pesar de que Khai no era muy buena persona, su corazón se debilitaba ante cualquier tipo de afecto, era como si un pequeño y vulnerable Alfa recordara su pasado deteriorado, eso no justificaba sus acciones, simplemente era difícil de olvidar, aún vivía en una burbuja donde para él su cielo necesitaba más colores que solo el celeste, su vida era tan común y ordinaria que se aburría de despertar en ciertas ocasiones.

— Cumpleaños a ti, feliz cumpleaños a ti, es tu día Khai, feliz cumpleaños a ti~ — Caturreaba un pelinegro entre palmas y aplausos. — ¡Pide un deseo P'! — Exclamó.

— Eres tan infantil... — Murmuró el mayor soplando las pequeñas velas de cera rosa, sonriendo con suavidad al ver la torpe y adorable decoración que había sobre el bizcocho. — Gracias N'Gun, pero no era necesario que hagas esto, yo ya estoy acostumbrado a que nadie la pase conmigo, es sólo un día cualquiera

— Claro que no, es tu cumpleaños, ya tienes dieciocho y eso es genial, yo aún tengo dieciséis soy muy pequeño. — Puchereó cortando dos rebanadas de pastel en pequeños platos descartables, dándole uno a su mayor para así empezar a degustar.

— Eres un cachorro. — Se burló comiendo. — N'Gun, mañana empezaré a trabajar en una cafetería, así que ya no tendrás que darme más dinero.

— Eso es genial P'Khai, ¿Qué harás en la cafetería? ¿Harás café?

— No lo sé, tal vez sea cajero, en fin, con el dinero que gane compraré un regalo para ti. — Dijo sin importancia, saboreando el bizcocho de vainilla con crema.

— ¿Para mí? Creí que me odiabas. — Murmuró con su carita confundida.

— Claro que te odio, pero me haz ayudado en mucho así que debo estar sin deudas. — Se encogió de hombros, para después suspirar. — Esto está delicioso, ¿De verdad lo hiciste tú?

— Si, lo hice yo solo, ¿Te gusta? — Sonrió encantador mostrando sus lindos dientes y pequeños colmillitos que apenas comenzaban a crecer.

— Me gusta, pero hay mejores.

— ¿Por qué eres así? — Se quejó metiéndose un pedazo de pastel y chantilly a la boca, manchando gran parte de sus mejillas pero no le importó.

— Tienes dieciséis años y aún no sabes comer, ¿Qué pasa contigo? — Cuestionó agarrando una servilleta para acercarse a limpiar las partes sucias del rostro de Gun con delicadeza.

— Tú tienes dieciocho y no sabes resolver una ecuación. — Se burló el menor soltando pequeña risita traviesa, dejándose limpiar.

— Parece que un cachorro está pidiendo a gritos que le pellizque la barriga gordita que trae, eh.

— ¡Yo no soy gordito!

— Sí lo eres, aunque no te queda tan mal, es una cualidad tuya.

Se sacaron la lengua de manera infantil, tal cuál como dos niños discutiendo por un dulce, sin embargo continuaron pasando ese momento juntos, en silencio.

La conexión entre ellos dos permanecía ahí, a pesar de que uno llegó a odiar al otro, siempre habrá un poco de cariño en lo más hondo del alma, era algo inevitable, Khai no lo quería aceptar, pero recibir ese regalo del menor fue lo único bueno que le pasó en la semana, o mes. Se arrepintió de en un principio haber tratado tan mal a Gun solo por envidia de saber que venía de una familia millonaria, creyó que era algún tipo de burla ya que normalmente los adinerados se iban a escuelas con mejor educación y como no, con mejores comodidades.

Sin embargo se prometió a si mismo y no hacerlo de nuevo, ese cachorro tierno y adorable le había demostrado ser un angelito sin rencor, no habían razones para seguir tratándolo con indiferencia, al fin y al cabo era el único que le hablaba.

— Gracia por lo de hoy, Gun. — Susurró acostando su espalda en el césped para mirar el cielo con nubes paseando por ahí.

— No es nada P'Khai, ¿Si te gustó el pastel?

— Claro que sí, estaba muy rico, aunque ya te dije, hay mejores. — Rió, sabiendo que recibiría un berrinche como respuesta.

— ¡Pero yo lo hice con cariño! Eres un tonto. — Sin pensarlo dos veces arrancó hojitas de pasto y lo lanzó al rostro que descansaba en paz, de inmediato se arrepintió.

— Gun Atthaphan acabas de declararme la guerra de nuevo.

Entre cosquillas y algunos jalones de cabello nada suaves terminaron su mini pelea, bueno, solo porque era hora de volver a clases, si no hubiera sido por eso jamás hubieran terminado su guerra, ya se habían hecho amigos sin darse cuenta, Khai sentía que fue lo mejor, todos los años que llevaba estudiando en esa escuela casi no había tenido amigos, y si los tenía se cambiaban de lugar de estudios o simplemente dejaban de hablarle, no tenía miedo de que fuera así ahora, ya no le sorprendería, pero si sería algo bastante triste para él, Gun era especial...

Nunca había tenido un amigo que le dure hasta cada cumpleaños.

— ¡Hola! ¿Eres nuevo?

— Sí, soy el nuevo cajero. ¿Cómo te llamas?

— Soy Win Metawin.

Una sonrisa ladina se pintó en su rostro. — Yo soy Khai, un gusto, lindo.

«El dolor es colectivo, la herida social.»

Nota de adapta-autora:

¡Hola, bamboos!

Otra más por aquí. Disculpen la tardanza y la hora, pero recién termino mis clases. Espero este capítulo les haya gustado. ¡Nos leemos pronto!

StarSanz04.

Manos de Ángel | BrightWin | Adaptación ✔️Where stories live. Discover now