| Capítulo 40

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«Todo lo que lloraste se multiplicarán en fortunas.»

La semana fue lenta, pasó cómo pluma cayendo, al parecer las horas se alargaron de manera tan torturosa que Win llegó a desesperarse cada vez que llevaba sus ojos a las manecillas del reloj y estos simplemente parecían no avanzar.

Bright estaba en semana de jornada completa, literalmente se iba a las 8:00 a.m a trabajar y volvía a las 10:00 p.m a su departamento con un fuerte dolor de espalda, pies y cabeza difíciles de calmar, apenas tenía tiempo para comer y agradecía que su pequeño novio le mandara el almuerzo porque de no ser así, tal vez ya tendría una terrible gastritis por comer pura comida rápida.

El Omega estaba triste, su embarazo psicológico aún seguía haciendo de las suyas y en ciertos momentos del día se hacían presentes los mareos, ya no eran muchos, pero seguían ahí y lo único que deseaba era que estos se esfumen, porque solo causaba que los recuerdos del día en el que sus ilusiones se rompieron aparecieran en su cabecita, dañando seguidamente su corazoncito.

Los besos de su Alfa le hacían bastante falta, extrañaba cada cosa de él, sus manos, sus abrazos, sus preciosas caricias que lo calmaba de cualquier situación y su voz, a pesar de que lo veía quince minutos al medio día para entregar el almuerzo no era suficiente, sus días en el trabajo se habían vuelto monótonos de no ser por una personita que le hacía compañía en la cafetería.

— Toma Winnie, te traje una manzanilla, ¿Te sigue doliendo la cabeza? — Un Alfa de cabello negro se acercó con una pequeña sonrisa y una taza en sus manos.

— Gracias P'Khai, me siento un poco mejor. — Se había tomado unos minutos de descanso, en dos horas debería de ir a llevar el almuerzo a su novio, ya no tenía fuerzas, solo necesitaba respirar el aroma de Bright para sentirse más animado.

— ¿No te ha llamado tu Alfa?

— No... No tiene tiempo...

— Uh, dudo que sea así Winnie, no le quita mucho tiempo llamarte. — Murmuró el menor, sonriendo con suavidad, era hora de poner manos a la obra con su misión y meter cizaña.

— Mañana termina la semana y él tendrá mucho más tiempo, no puedo estorbar P', él está en sus deberes. — Puchereó, llevando sus labios al borde de la taza para beber la deliciosa manzanilla que recorrió como río en el estómago del castaño, logrando entibiar su interior hasta relajarlo por completo.

— No creo que estorbes, yo si fuera él me tomaría unos minutos para preguntar cómo estás, no la estás pasando bien, Winnie. — Elevó sus cejas. — No quiero molestar, pero, parece que tú novio tal vez puso esa excusa para no pasar tiempo contigo, ¿Tuvieron alguna pelea?

— Hace unos días tuvimos un problema... Mh... — Pensó, recordando el día en el que el test de embarazo había salido negativo. Eso despertó una nueva inseguridad en su interior. Tal vez su Alfa se sintió decepcionado y decidió alejarse para pensar si seguir con la relación o no, lo cual era entendible, no lo culpaba.

Pensamientos negativos brotaron de la mente de Win, eso era malo, un peso más para sus terribles días era lo que menos quería pero lo que decía su compañero de turno era más que verdadero. Él confiaba en el amor y la relación que tenía, pero lamentablemente el sentirse tan solo y desanimado no ayudaba a espantar sus inseguridades, extrañaba con toda su alma la presencia de su pareja y con cualquier palabra podría destruirse en esos momentos.

Sus ojitos se cristalizaron de a poco, inmediatamente busco un pecho en el cual esconderse y al no encontrar el de Bright por ningún lado lo hizo en el de Khai, mismo que no dudó en aprovecharse de la situación para acercarse más a su objetivo. Rodeó sus brazos por la estrecha cintura hasta apresarla con "cariño", pegó el cuerpo más pequeño al suyo y empezó a liberar poquito de su aroma, intentando seducir al contrario. Khai hacía el esfuerzo para al menos sentirse cómodo haciendo eso, pero no podía, cada vez que coqueteaba con Win sentía un escalofrío correr por su nuca hasta su cabeza, no por el cargo de conciencia, no le importaba eso, al fin y al cabo cuando finalice la misión el desaparecería y el castaño se volvería un total desconocido, por lo tanto no se estaba encariñando.

Manos de Ángel | BrightWin | Adaptación ✔️Où les histoires vivent. Découvrez maintenant