A las dos de la mañana del viernes a Mía la despierta el sonido de un mensaje llegando a su celular. Con los ojos entornados por el efecto que la luz le causaba a sus ojos que hacía solo unos segundos estaban sumidos en la plena oscuridad.
<<No me podía dormir, así que me puse a escuchar música. Rock, como siempre, ¿sabes lo que estoy escuchando en este mismo momento? Let her go de Passenger, y la anterior fue All of me de Jhon Legend. Supongo que las debes conocer, ya que todas las chicas escuchan esa música romanticona. Pero yo no, jamás, no me gusta. Y ahora me encuentro a las dos de la mañana, escuchando esta música deprimente y pensando en vos. Tu rostro no sale de mi mente, y me gustaría que estés aquí conmigo, y poder abrazarte como he querido desde que te vi. Pero me conformo sólo con verte. Así que, eh, solo quería decir eso, gracias, te quiero. >>
Mía nunca había leído un mensaje tan largo a las dos de la mañana y menos sobre divagues. Su primera reacción después de leer el mensaje fue golpearlo contra la mesa de luz, darse vuelta y seguir durmiendo. ¿Cómo alguien que ni siquiera se anima a decir quién es te puede querer de la forma que él intentaba demostrar en ese mensaje? Si había algo que le molestaba a Mía era la gente que hablaba sin saber, no se le dice te quiero a la gente que no se quiere. ¿Quién se creía ser, quien quiera que fuera, para despertarla a esa hora con una lluvia de palabras sin sentido, cuándo probablemente ni siquiera la conocía?
Cerró los ojos para volver a dormir. Luego de unos minutos se dio cuenta que no iba a lograr hacerlo, no sin contestar. Sí la había molestado, pero ¿no era ella la que estaba "enamorada", por usar una palabra, de un chico con el que nunca había hablado? Y si fuera ella la que le mandara mensajes a alguien que le gustaba, ¿lo haría anónimamente?. Quizás no, no le gustaba la idea, pero era mucho menos arriesgado y era una forma de probar suerte. ¿ A ella le gustaría mandar un mensaje tan lleno de sentimientos y que no le contestaran? Llegó a la conclusión de que no. Y eso fue lo único que necesito para tomar el teléfono y enviar una respuesta al dueño de ese número anónimo que tanto quería saber quién era, sin demasiada emoción, antes de volver intentar a dormir, pero esta vez con éxito.
<< No sé que responder, te agradezco los halagos, pero me molesta mucho no saber quién sos. Qué te animes a decirme estas cosas sólo atrás de una pantalla. Me parece patético, no es mi intención ofenderte y quizás algún día me arrepienta de estas palabras. Si tenés algo más que decirme espero que la próxima vez no sea anónimamente, sino personalmente. Sólo eso, de todas formas gracias, y perdón por ser tan brusca, es que el anonimato no me inspira otra cosa. >>
YOU ARE READING
Del amor a la obsesión
Teen FictionConoce a Mía, una chica enamorada de la vida y llena de ilusiones. De repente se ve viviendo una adolescencia que nunca imagino, enamorada de un chico que ¿está enamorado de ella? Animada por un admirador secreto vive cada con esperanzas en el amor...