⎯⎯ ¡Te matare!. Ese será el mejor castigo, o mejor no, te mantendré vivo y tu solo te atormentaras al saber que mataste a la mujer que te amo más que a nada, pero te encerrare para que no tengas libertad ⎯⎯ Hablo mi hermano lleno de odio, mientras...
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Una pequeña niña se encontraba dormida plácidamente en la roma del árbol, disfrutando de su paz y tranquilidad de la mañana, ella adoraba esa paz interna que sentía cuando estaba sola pero lo que más amaba era.....
- Con que aquí estabas - la voz de un pequeño la despertaba, la voz de la persona que amaba, podría ser una niña pero sabia lo que sentía por ese pequeño rubio.
La niña se estiraba y rascaba uno de sus ojos para intentar alejar el sueño, mientras el pequeño rubio sonreía por ver a su amiga de infancia mirarlo con sueño y algo de enojo por levantarla
- Meliodas - musito con cariño, haciendo que los corazones del mencionado latieran a no poder más
- ¿La encontraste hermano? - la voz de un pequeño azabache le hacia quitar la mirada de la niña que aún bostezaba con pereza para mirar al recién llegado, su hermano menor que los veía desde abajo
- Si, la he encontrado y adivina, ¿Que? - el rubio le pregunta al azabache con una sonrisa en sus labios, contagiándolo también, porque ya se imaginaba que diría su hermano mayor
- ¿Que? - le responde Zeldris con una sonrisa en su cara
- Como siempre estaba dormida - ambos hermanos sonríen por como era su amiga, siempre buscaba la manera de escapar de todos para según ella descansar los ojos y relajarse
Los dos bajaron al piso para encontrarse con el azabache, este al ver a la pequeña se acerco y la abrazo
- Buenos días - respondió con pereza la niña mientras volvía a bostezar, haciendo que los hermanos dejaran salir una carcajada de sus labios
- Oh ___________, tu si que amas dormir - menciono el azabache ganándose un sonrisa de la nombrada, provocando un sonrojo en sus mejillas
- Meliodas, Zeldris ......... - los miro con pereza - Tengo hambre - los dos hermanos sabían que algo así saldría de la boca de su amiga, así que vinieron preparados y sacaron una fruta cada uno. Para ser explícitos una manzana cada uno
¿Porque?, Es simple la respuesta, su amiga amaba las manzana y ellos disfrutaban ver sus expresiones mientras las comía
- ¿Cuál quieres? - preguntaron ambos hermanos, haciendo eso una competencia, después de todo, ellos competían por la atención de la pequeña, desde que la conocieron aquella vez en el patio del castillo.
