Dos hora aproximadamente escuchando como deberíamos comportarnos

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Dos hora aproximadamente escuchando como deberíamos comportarnos. Que si era mi primer día y ya causando problemas. No debemos pelear. No debemos fumar. Como estudiantes de último año debemos enfocarnos en el ingreso a la universidad. Bla bla bla...En fin fue un largo monólogo de críticas y reproches.Casi envejezco ahí dentro. Me duelen horrible las piernas. No me considero una persona problemática. Más bien incomprendida.

Por alguna extraña razón los estudiantes en mi antiguo instituto creían que me creía superior. Los profesores tenían la teoría de que me estaba burlando de ellos. Resumen, toda la escuela me odiaba.

Me detengo frente al aula asignada para nuestro castigo. Soy la primera en llegar. La puerta está entre abierta. Entro pero no sin antes notar la extraña mancha roja en el cristal. Es apenas una línea fina casi imperceptible que no escapa de mi vista.

La sorpresa me golpea, mi respiración se detiene. Siento mis manos temblar....Todo mi cuerpo está temblando en respuesta, no es miedo, es algo más...Sí, es eso, la emoción de un misterio, uno que sé, me meterá en más de un problema, pero el cual estoy dispuesta a resolver. Escucho voces detrás de mí, son ellos.

Observar curiosa sus reacciones. El primero en entrar da un grito ahogado tapa su boca evitando otra exclamación, mientras que el segundo suelta una maldición seguida de una pequeña risa nerviosa.

Regreso mi vista al frente, grabo en mi mente cada pequeño detalle, quiero registra hasta lo más insignificante. Estoy llena de preguntas las cuales aún no tienen respuestas, pero pronto, muy pronto las tendré ¿Cómo alguien pudo crear semejante escena y de donde saco el tiempo para hacerlo?

Y ahí estaba ella.

Sentada pacíficamente en la silla de su escritorio, su mano derecha sostenía un bolígrafo, apoyado sobre una hoja de papel, como si estuviera a punto de escribir o terminando de hacerlo. Pero eso no era posible, porque lo que se encontraba en la silla era el cuerpo sin vida de la señorita Mitchell, la profesora de literatura. Era una escena grotesca pero a la vez tenía cierta belleza.

¿La evidencia de su muerte?

Donde deberían encontrarse sus habituales ojos cafés, llenos de quejas, reproches y amargura, ahora era el hogar de dos hermosas rosas blancas, una en cada cuenca.

La sangre brotaba por debajo de las rosas, hasta las mejillas, como cascadas, lágrimas ensangrentadas. Algunos de los pétalos blancos se encontraban manchados del líquido escarlata, intentando corromper la pureza de las flores.

Me acerco y observo el papel sobre el escritorio, gotas de sangre lo manchaban y con una impecable letra plasmaba las siguientes palabras:

[El conocimiento hace soberbios, y la soberbia, necios. El precio de tu soberbia, serán tus lagrimas escarlatas]

[Con cariño B]

- Está muerta

-No te creo...si no lo dices no me doy cuenta.

Hampton Royal [B el misterio detrás de un asesinato]Where stories live. Discover now