Cap 2: de acero y papel.

18 1 0
                                    

AURORA

El reflejo que tengo en el espejo no es el mejor de todos. Anoche dormí poco porque mi cabeza estuvo dando mil y un vueltas ante un mensaje que recibí.

Unas palabras de una persona que me esfuerzo en olvidar y dejar atrás. Sin embargo, parece que cuando estoy cerca de superarlo es cuando hace acto de presencia para arruinar mi progreso.

<<O quizás sólo soy débil?>>

Lucas, el chico rubio de ojos celestes que una vez me gustaron mucho, apareció anoche con un mensaje de texto.

"Hola. Sólo escribo para notificarte sobre lo que susurran en los pasillos... Se dice que se te ha asignado a un nuevo asistente. Es joven y un poco torpe, así que no te lo comas vivo"

Cualquier cambio adoptado en el laboratorio siempre es notificado por el director; por lo que sé muy bien que Lucas quizás me está gastando una broma o en serio ya no sabe qué hacer con su vida.

Lo último que deseaba después de un agotador día era conversar con él, pero mi autocontrol falló y terminé respondiendo el mensaje para exigir una aclaratoria. Esto dio inicio a una conversación que se extendió a altas horas de la noche y como consecuencia, ahora tengo ojeras marcadas en el rostro.

Una acción tonta y en vano porque Lucas no me contó más sobre aparente noticia.

—Me veo terrible—comento de vuelta al presente.

Para colmo voy tarde al trabajo así que omito por completo el desayuno y salgo directamente al laboratorio. Después de todo mi cuerpo ya debería estar acostumbrado pues no tengo la mejor rutina del mundo.

—Buenos días Srta. Medici.

Escucho a las personas saludar y les regreso el gesto con la mano pues voy apresurada, además no soy de socializar mucho en las mañanas.

Por un momento finjo hablar por el celular para así evitar contacto visual o que otras personas me detengan por el pasillo. Por suerte funciona hasta que llego a mi pequeña guarida que no es más que el laboratorio 4D, un área no más grande que la sala de mi casa pero que ha sido asignada únicamente a mi.

Sin personas, sin ruido. Sólo paz. Un espacio donde trabajo tranquilamente hasta que se hace la hora de retirarnos, aunque hay momentos en que me quedo hasta tarde.

—Uh... Buenos días.

Una voz femenina y familiar capta mi atención. Se trata de Irina, una de las agentes del area DELTA, muy joven y extremadamente hermosa.

Sus ojos azules se enfocan en mi y me dedican una mirada de socorro. Una que ya he visto innumerables de veces.

—Irina sabes que no me gusta que entren al laboratorio sin...—no consigo terminar la frase, Irina ha comenzado a sollozar—, ¿Qué ocurre?

Mi voz es seria e indiferente. Mantengo distancia de ella y le permito que se desaogue un momento en silencio. No soy del tipo de personas que abraza para consolar, mucho menos de dar apoyo afectivo.

—Lo hizo de nuevo—musita la joven con la mirada gacha.

Observo como en un movimiento ansioso se pasa la mano sobre su cabeza. Puedo identificar algunos moretones sobre sus muñecas y a juzgar por su estado actual, da la conclusión de que algo ha ocurrido recientemente.

—¿Te golpearon?—ella de inmediato niega en modo de respuesta.

Por supuesto. Hay peores cosas que ser regañado o golpeado y esa es ser acosado.

AuroraWhere stories live. Discover now