I - Jennie.

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Lisa miró a su amiga haciendo un puchero, esta ni siquiera la notó.

- ¿Cómo es posible que decidas algo tan tonto? -preguntó poniendo su mentón sobre sus manos, aún con la vista en ella. Estaba sentada en el sofá viendo a su amiga de pie dándole la espalda mientras se preparaba un refrigerio.

Rosé se giró de repente y se encontró con su expresión; en sus adentros quería reírse porque parecía un cachorrito tierno, pero sabía que estaba siendo muy seria sobre el tema. Cada vez que hablaban de ello era muy insistente, incluso Rosé prefería cambiar el tema y evitarla. Lisa suspiró adivinando que su amiga no quería continuar con la conversación.

- Mira, Rosie -dijo en tono firme levantándose para estar a la altura de su amiga, Rosé rodeó los ojos y volvió su atención hacia su sandwich-, estoy siendo muy seria sobre el tema. No me hagas esto.

Rosé soltó una risita, Lisa también sonrió al darse cuenta de que estaba siendo muy dramática.

- Sé que lo dices en serio -respondió sin mirarla, acercó su sandwich a su boca-, pero ya lo he decidido.

Rosé mordió su sandwich y masticaba su comida volviéndose hacia Lisa, quien la miraba con cara de aburrimiento.

- Uhhg -murmuró dejándose caer con los brazos cruzados en su sillón, un rato después, se acercó su gato Leo a acariciarse por ella, entonces cambió a una expresión juguetona mientras mimaba al pequeño animal.

- No tiene nada de malo aceptar que tu Crush va a ser tu crush para siempre -volvió a decir Rosé, puso su plato en la mesita y se sentó al lado de Lisa, tuvo ganas de acariciar al gato, pero se abstuvo porque tenía todavía un sandwich que comer.

- Me parece que solo lo haces por cobarde.
Lisa miró a Rosé a los ojos y ella tragó fuerte. Ella no respondió.

Ella sabía perfectamente que era una cobarde, no necesitaba que se lo recordasen. Aún así, hizo un gesto de desinterés y volvió a lo suyo.

Continuaron la tarde y noche viendo películas, comiendo comida chatarra, acariciando a las mascotas de Lisa y charlando de cualquier cosa. Lisa quería seguir hablando de la hermosa chica de cabellos castaños que traía enamorada a su amiga, le encantaba ver la sonrisa de niña traviesa cuando hablaba de ella, pero Rosé esquivó el tema lo mejor que pudo. Era un jueves y Rosé sabía que tenía clases al día siguiente, así que se negó a todos los intentos de su amiga por tomar alcohol mientras charlaban. Era eso, y que sabía que borracha podría decir muchas cosas que quería evitar a toda costa para no seguir dándole cuerda a su amiga.

Se acostaron a dormir bastante tarde, Rosé ya estaba en modo planta con bastante rapidez, mientras Lisa seguía pensando en la tonta idea de su amiga. En sus adentros no podía entender como alguien pudiera pensar en rendirse sin siquiera intentar.

Entonces se le iluminó el pensamiento. Una idea tan tonta como solo a ella se le puede ocurrir apareció en el profundo mar de sus locuras. Se levantó de golpe y zarandeó a su amiga. Rosé no quiso levantarse y optó por ignorarle lo más que pudo.

- Roseanne Park, despierta -decía mientras agitaba a su amiga. - ¡Rosé!

Su gato, Louis, que estaba durmiendo entre ellas, sintió la presión a través de la cobija y decidió salir corriendo hacia otro lugar donde hubiere paz.

- Detente, ya -murmuró con pesadez.
- Hazme caso -chilló en todo infantil-, despierta.

Rosé se sentó en la cama y estiró los brazos, apenas veía con la oscuridad del cuarto, pero veía a una muy entusiasmada Lisa muy cerca de su rostro.

- Tengo una buena idea para ligarte a tu crush y no te puedes negar.
- ¿Sigues con lo mismo? -preguntó cansada- nota mental para mí, nunca más comentarte de mis crush de la universidad.
- No digas tonterías, voy a hacer que esa chica te haga caso, cuésteme lo que me cueste -sentenció con el tono muy serio.

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⏰ Last updated: Jul 06, 2023 ⏰

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El Plan Maestro (Lisoo)Where stories live. Discover now