la hija de un narco [TERMINADA]

capítulo 31

T/N.   

Desperté sentada en el suelo de una habitación sin absolutamente nada totalmente oscura y al intentar levantarme me di cuenta de q estaba atada de pies y manos, intenté soltarme pero no tuve éxito eran esposas lo cual me complicaba más las cosas

—¿T/N estas bien? —dijo mi hermano a mi lado, no me había dado cuenta de q estaba ahí

—Si ¿Y tu? Q está pasando Adrián q hacemos aquí—  le pregunte algo exaltada, mire a mi otro lado y vi a Jean aún inconsciente en ese momento mi corazón dejo de latir
— Ay no Jean...— lo moví un poco hasta q despertó

El se levantó del todo y al darse cuenta de lo q sucedía empezó a asustarse aunque intentaba disimularlo, yo también empecé a entrar en pánico. Por más q odiaba a Jean en estos momentos no podía dejar que le pasará nada, jamás me lo perdonaría y se lo prometí al inicio de nuestra relación

Estuvimos ahí como 10 minutos pensando en como escapar hasta q un puerta de hierro que parecía muy pesada se abrió y aparecieron 5 hombres vestidos de negro y armas.

El q iba de cabeza del grupo se agachó hasta quedar en mi altura y me miro detenidamente.

— ¿Que es lo que quieres y quién eres?— pregunto mi hermano con furia intentando que el hombre separará los ojos de mi, y lo consiguió

—Sencillo... Soy el mayor enemigo de vuestro padre en el negocio de las drogas y he descubierto que tiene una gran mercancía escondida, cosa q me sirve ahora de mucho ya que no me queda casi dinero para comprar así q ustedes me van a decir dónde la tiene y sino... Os vais a la otra calle—  explico con detenimiento y una sonrisa mientras nos miraba a cada uno

—Nosotros hace meses q no sabemos nada de ese hombre... Nos salimos de sus vidas— dijo mi hermano intentando mantener la calma

—¿Tú crees q me lo voy a creer?—  río por lo bajo — Decídmelo y acabara esto pronto de lo contrario os quedaréis aquí encerrados hasta que uno de vosotros suelte la información o... Simplemente os mato— levantó los hombros en signo de indiferencia

—Esta bien... Tu nos estás buscando a nosotros dos por qué somos sus hijos... Pero suelta a Jean, el no tiene nada que ver— le dije con firmeza, lo que menos quería es q Jean acabará mal por culpa de mi padre y la vida q eligió

El hombre se agachó de nuevo y me agarró la cara con una mano

— ¿Y dejar q vaya a la policía? No querida— apretó mis mejillas con tanta fuerza q solté un pequeño grito de dolor

—Sueltala!— mi hermano le dio una patada en el estómago como pudo pero tan pronto como lo hizo uno de los hombres que estaba ahí le dio un golpe en el estómago haciendo q cayera al suelo con dolor

—No! Esta bien... Vamos a negociar...—Dije agitada —Adrián no sabe nada y menos Jean q no tiene nada que ver con esto, mi padre me confiaba esa información a mí por q me iba a dar el negocio a mi—

—Perfecto... Ves como hablando se entiende la gente ? Continúa —

— No les hagas nada a ellos y te daré la información que quieres —

Me observó por unos largos segundos y luego asintió

—Perfecto, dime dónde está y no les haré nada a ellos ni a ti—

Sentí la mirada de Jean y mi hermano mirándome fijamente

—Esta en una especie de cabaña a las afueras de la ciudad mi padre la compro solo para dejar la mercancía allí —

El sonrió de lado y se levantó

—Gracias señorita, preparen unos coches ya vamos rápido— le ordenó a 3 de los 4 chicos que le acompañaban —Tu quédate aquí a vigilar— le ordenó al cuarto

Rápidamente salieron después de eso dejando a uno en la puerta de hierro vigilando como le habían ordenado mientras yo pensaba una manera de deshacerme de el...

—En serio le dijiste donde estaba? nos va ha matar igualmente— Dijo Jean

—Tu callate y piensa en cómo podemos salir de aquí...—Le respondí

Me toque el cabello para quitármelo de la cara y sentí una horquilla  en este lo cual hizo q se me encendieran las luces.

—Seguidme el rollo— Les susurré a los chicos —No escuchasteis eso? —dije tan alto como para que lo pudiera escuchar el hombre que nos vigilaba pero pareciera que estábamos hablando entre nosotros —Algo se abrió... Seguro es nuestro padre q mando a sus hombres ha ayudarnos...—

—Uf menos mal... Ese idiota se creyó la historia de que ya nos salimos de su vida — dijo mi hermano

Logré ver como el hombre se tensaba y miraba a todos lados intentando escuchar algo...

Le entraron tantas dudas que decidió salir de la habitación para buscar «Tonto»

—Adrian, rápido tengo un horquilla en el pelo cógela y quítate las esposas—

Así lo hizo y yo solté todo el aire de mis pulmones cuando se las quito, mi papá nos enseñó bien, luego me soltó a mí y fue con Jean mientras yo buscaba algo en la habitación

—Vale este es el plan... Necesito algo con lo que golpear al hombre cuando regrese y así robarle un arma y las llaves pero, Adrián tu no te preocupes por mí y solo cuida a Jean, no dejes que le pase nada—

—Oye que yo me sé defender— dijo Jean algo ofendido

—Te dije que te callaras— toque la parte de abajo de una mesa que había —Bingo!—  tiré hasta arrancar una barra de metal que había ahí —Vale vale, sentaros ahí y fingid que seguís atados para cuando venga el hombre.

Hicieron lo pedido y yo me puse a un lado de la puerta para que no me viera al entrar y así darle con la barra. Tardó unos minutos en aparecer

—Creo q tenéis un problema de oído nadie ha venido a por vosotros... Donde esta!?—

Cerré la puerta de un golpe al salir y le di con la barra de metal en la cabeza dejándole inconsciente y sangrando en el suelo

—Ya entiendo por qué mi padre te iba a dar el negocio a ti hermanita...— 

Se levantaron del suelo y le lance una de las dos pistolas que tenía a mi hermano y otra me la quede yo

—Jean mantente detrás mio— le dijo mi hermano

El simplemente asintió y se acercó

Íbamos a salir de la habitación cuando escuché pasos acelerados y al mismo hombre maldiciendo por lo alto

—Mierda, como cojones han llegado tan rápido— le lance la barra a Jean y el la agarró