Se parecen, pero...

⎯Porque no llevan el mismo apellido

⎯Son hijos de diferente padre... Sarah y Michael si son hijos de mamá y papá.

⎯Muy bien... ¿Ya tienes todo listo para empezar tu trabajo mañana?

⎯Si ⎯dice con una gran sonrisa.

⎯Sabes que puedes trabajar conmigo y aprender a manejar una empresa.

⎯Ya sé manejar una empresa, Christian. ¿Quién crees que levanto Global Union? ⎯contesta molesta.

⎯Está bien. No te molestes, cariño. ⎯Rueda los ojos y sonrío⎯. Anastasia... Eso que acabas de hacer es un gesto muy desagradable ⎯digo muy serio y ella nota que de verdad no me gustó.

⎯Lo siento.

Me regala una sonrisa apenada.

⎯¿Te vas a perder la semana de la moda?

⎯Eso parece. ⎯No parece ni un poco triste⎯. Aunque he pensado en hablar con Roach para que me apoye con una excusa y faltar esa semana... Si no vamos, Mia se va a decepcionar.

⎯Me parece muy bien. Igual es tu empresa. ⎯Me encanta verla así de tranquila⎯. ¿Vamos a dormir?

⎯Si.

Se levanta y se sienta en mi regazo tomando mi cara entre sus manos para me besarme. Es un beso tierno y suave, que me encargo de profundizar. Necesito mucho más de ella.

Siento como su deseo crece a la par del mío. Me encanta no tener que volver a utilizar esos jodidos preservativos, desde que Ana empezó con las píldoras anticonceptivas, y que yo mismo me encargo de que se las tome puntualmente.

[...]

Ana ya lleva dos meses trabajando en SIP y la veo bastante activa haciendo algo que le gusta. No ha vuelto a pelear y está bastante dedicada a aprender de la editorial. Parece que finalmente está haciendo una vida normal y es feliz con ello. Estos dos meses con mi niña han sido los mejores, por mi parte, no he tenido pesadillas teniéndola en cama cada noche y he dormido muy bien. Además del sexo que ha sido genial, ella me dice que tampoco ha tenido pesadillas, y le ha estado yendo muy bien en sus sesiones con Flyn.

Ese maldito se va a hacer rico solo con nosotros dos, pero vaya que si es buenos en lo que hace.

Despierto con mi niña al lado como cada mañana de estos últimos tres meses, y le doy un suave beso en los labios para que despierte. Se remueve y se queja, le gusta despertar temprano, pero anoche nos acostamos muy tarde por entretenerme con su cuerpo. Nunca será suficiente.

⎯Nena. Despierta... Se te va a hacer tarde para tu primer día de trabajo.

Abre los ojos de repente y se levanta rápido, golpeando su cabeza contra la mía.

⎯Joder, Ana. Que cabeza tan dura tienes ⎯me burlo quejándome y sobando mi parte golpeada.

La miro y tiene lágrimas en los ojos y también soba su cabeza. Siento que solloza y la abrazo. No puedo ser más idiota...

⎯Lo siento. No te vi ⎯dice con más lágrimas y acariciándome.

⎯No importa, nena. Ven te miro. ⎯Tiene un poco de sangre en la cara. La verdad es que si puedo ser más idiota⎯. Oh, pequeña... Espérame ya vuelvo.

Voy por un botiquín y hielo para que se desinflame. La curo con mucho cuidado y sonrío al verla tan consentida. Vamos al baño y la ayudo ya que no quiere quedarse en casa, y menos hoy que será su primer día de trabajo.

⎯Siento mucho el golpe, hermosa ⎯le digo mientras lavo su cabello.

Me gusta consentirla.

⎯No es tu culpa, amor. No debí levantarme de esa manera tan abrupta.

Le doy un beso y ella lleva sus manos a mi cabello, la atraigo más a mí agarrándola por su lindo y firme culo. La siento jadear cuando la pego a mi erección y muerdo su delicioso labio. La pego a la pared y separo sus piernas. Bajo una mano a su sexo y la siento tan mojada, mi niña nunca me decepciona.

⎯Nunca me decepcionas, Anastasia.

Beso su cuello y bajo sus deliciosos pechos. Nunca me canso de tocarlos y tenerlos en mi boca. Toda ella me encanta y es solo mía... Muevo mis dedos dentro de ella haciendo círculos y la escucho gemir mientras jala mi cabello, eso me enciende más. La tomo por la cintura y ella enreda sus piernas en mi cintura, me entierro en ella y en duro movimiento sintiendo como la lleno completamente. Disfruto cada centímetro de ella. La embisto con fuerza y atrapo cada gemido en mi boca, sintiendo su deseo. Sigo hasta que ambos nos corremos y la arrastro hasta el piso mientras recuperamos la respiración.

⎯Te amo, Christian.

Me tenso ante sus palabras.

¿Cómo puede ella amarme?

Mi "Hermana" AnastasiaWhere stories live. Discover now