Mi Chica.

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El día a día de _______ -mi chica- Beetz.

En el ayuntamiento:

-¡Sí, un momento! -responde a las órdenes de su jefe.

Sus pies duelen con cada pisada sobre el pulcro suelo de mármol.
Se queja sobre la maldita regla sobre vestir de etiqueta.

Adivinen. ¿Quién fue el jodido capullo que tuvo la absurda idea de que las mujeres; y recalquemos, solo las mujeres, deban de vestir estrechas faldas de tubo, kilométricos tacones y ceñidas blusas de seda abotonadas?
¡Rob -viejo verde- Ford!.
El asqueroso y vago alcalde de Toronto.

El hombre que se limita a pasarle a mi hermosa chica todo el jodido papeleo que él debería estar actualizando, para que ella lo haga en su lugar.

-¡Beets! ¡Mueva su trasero aquí ahora mismo! -brama el rechoncho cincuentañero desde el interior de su despacho.

No me gusta cuando le grita. Bastardo inservible.

Para lo único que sirve es para pedir café, condones y viagra.
Hablando literalmente. Jodido salido.

Sus compañeras de oficina le lanzan una mirada suplicante, a lo que ella les devuelve un encogimiento de hombros.

-¡Solo un minuto señor Ford!.-contesta mi morenita de vuelta, intentando sonar serena y calmada.

- ¡Aquí tiene, jefe! -sisea con rabia cuando cruza la puerta, obligada a pintar la radiante sonrisa que sólo yo debería presenciar en su hermoso rostro.

Se mueve a su mesa de centro. Allí coloca con oculta rabia un café cargado; al que yo se, le ha echado sal, y una tira de diez condones extra grandes, que estoy seguro el viejo no necesita ni en número ni en tamaño.

-Gracias, guapa.- alaga.

Recorre la longitud de sus piernas bajo la falta de lápiz. ¡Dios! Juro reventar su cara

- Puedes retirarte. Tengo trabajo que hacer.- ordena con su mirada clavada sobre las tetas de mi mujer.

Ella asiente y sale a toda prisa de la estancia, sintiéndose; seguro, intimidada y enfadada.

Como dije. Asco de viejo.

Claro, trabajo. El mismo que ella está haciendo por él.
Porque; claro su definición de trabajo es cojer con una prostituta que encontró desempleada y sin hogar en alguna esquina en los barrios bajos de la ciudad.

Odio a ese cerdo. No entiendo como ella pude dejarse convencer por Lissa para aceptar este jodido empleo.

Según ella le dijo su tío es un trozo de pan. Mentira, todo mentira. Mi pobre nena de mejillas rojas.

En su casa:

-¡Cariño!, ¡ya estoy en casa! -saluda Lissa; su compañera de piso entrando alegremente por la puerta de su apartamento.

-Hey, Lis ¿Por qué tan de buen humor hoy? -pregunta.

A la par que deja un par de besos en cada una de sus mejillas.

-No sé. Tal vez porque la vida es maravillosa. -murmura soñadora la rubia de bote, levantando sus brazos al aire y lanzando su enorme bolso color rosa chicle en dirección desconocida.

-Mary Lissa Anne. Ayer tu habitación era un homenaje a los clínex y a las lágrimas, no me jodas.- regaña ella a su sonriente amiga, haciéndome reír.

-Sí, sí. ¡¿Cómo te fue en el trabajo?! -cuestiona divertida.

La molesta señorita sonríe ampliamente, _________ cree que es una jodida bipolar. Yo la he escuchado decirlo en ocasiones

-¡Mal! ¡Horrible! ¡Nefasto! Tu tío es odioso.- grazna su dulce voz, tornándose furiosa.

-¿Por qué? -murmura incrédula, su rostro reflejando confusión.

-¿¡Por qué!? ¿¡Por qué!? -grita a todo pulmón con el rojo sangre poseyendo su hermosa piel. - ¡Tu tío es un viejo salido, Lissa! Sólo llevo trabajando para él un par de semanas y se cree que soy una cabeza de ganado. Me trata como le sale de las pelotas. Tiene la cara de pasarme a mí todo su jodido papeleo. Me pide condones y viagra. ¡Condones y viagra, Lissa! Todos los días tiene una prostituta sobre su regazo. El hombre ni se inmuta. Es un asco. Y encima, el chaval tiene la cara de mirarme las tetas y las piernas. ¿¡Quien se cree!?-se queja en voz alta, escéptica ante la situación.

-¿Mi tío? ¡_______, por favor! No lo flipes... -replica ella risueña, mientras salta hacia la sala de estar dejando a la niña de mis ojos sola en la cocina.

Oh... a ustedes les puede parecer cómico y divertido. No lo es.

Mi pobre chica. La veo sufrir todos los días en la lejanía. Ella necesita distracción, y un par de ovarios bien puestos, para mandar a la mierda a su jefe.

Lo haría yo, pero es algo que ella tendrá que hacer por su cuenta.

Sé cómo ella se siente. Sé cómo me siento acerca de cómo ella se siente. Se cómo nos sentimos juntos sobre ello.

Yo me siento frustrado. Frustrado al ver como ella desperdicia cuatro años de carrera universitaria en un puesto como la secretaria de un inútil.

Frustrado al ver su apartamento, la lata de sardinas en la que vive, cuando yo podría regalarle el cielo y las estrellas.

Jodido, muy jodido. Una palabra que sé que ella suele decir con frecuencia. Tanto, como el número de veces que rueda los ojos y rechina los dientes.
Pero menos que las veces que aparta su flequillo a un lado para sacarlo de sus ojos. Ella suele hacer eso cuando está nerviosa.

A veces, también muerde sus uñas cuando lo está; algo que yo corregiré.
Se tanto sobre ella, se más de ella que de mí mismo. Se absolutamente todo sobre ella.

Su pasado como camarera en un pub.

Su presente como secretaria.

Su futuro como mi esposa...

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Nuevo Shot *_* *WIIIIIIIIIII* o talvez mini- novela.
Eso lo veremos despues.
Espero les guste y como ya saben yo no obligo a nadie.
Comenten o voten si quieren y si no pues no.
Besitos *3*

Tu hombre esta aqui, nena.Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ