Capítulo I

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Si me preguntaran cómo describiría mis últimos meses respondería que alucinantes, y no porque hayan estado increíbles ni nada por el estilo, si no que, en serio siento que he estado viendo cosas más allá de lo normal, y ni hablar de las extrañas pesadillas. ¡Maldición! Seguramente el trabajo, el estrés y absolutamente cada caótica parte de ser un adulto me consumen. Quiero escapar.

Hace unos días, Yoongi decidió quedarse a dormir en mi casa, pero no creo que lo haga otra vez porque según él "le pegué el susto de su vida". De acuerdo con su muy escalofriante experiencia, comencé a decir un montón de palabras sin sentido y luego me levanté de la cama, le pisé una pierna (por que durmió en el suelo) y fui por la muñeca que conseguí en la subasta de un museo. De camino a mi cama, tenía la mirada fija, perdida, me metí en las cobijas, abracé a la muñeca y después le di un beso en la frente.

Decir que mi amigo le tenía fobia a cualquier tipo de muñeca era poco, las detestaba. Esa noche, en cuanto me dormí, le tiró una de mis camisas encima y la escondió dentro de la lavadora, así que, su mayor sorpresa fue que pude encontrarla de inmediato.

—Ya te dije que tires a esa maldita, quémala o lo que sea. Mierda, mira nada más mis brazos, hasta me estremezco con solo pensar en ella —se levantó la manga de su brazo izquierdo, mientras sacudía todo su cuerpo —. Anda, bebe un poco más — antes de negarme, vació más licor en mi vaso.

—¡Dios mío! De verdad quieres verme morir —tomé todo el contenido en un sorbo.

Uno más, uno menos, ¿cuál era la diferencia? Me sentía adormilado, hasta el punto de que mi cabeza se iba de frente una y otra vez, lo que hacía que mi acompañante se carcajeara.

Escuché un estruendo, el cual me hizo regresar a la realidad, una donde podía sentir una especie de líquido sobre mi frente. Cuando volteé hacia mi amigo, estaba en una especie de shock, donde cada vez empalidecía más.

—N-no te toques —cubrió mi frente con su mano, aunque dejaba un agujero entre ambos.

Sin embargo, una gota de sangre cayó en mi camisa. Adiós mundo, esa era la señal de mi muerte. Escuchaba la voz de Yoongi a la distancia diciendo que no me durmiera, pero era demasiado tarde, ver sangre significaba que tendría un desmayo enseguida.

***

Cuando abrí mis ojos, tan siquiera tuve el tiempo suficiente de ver algo en específico, pero sí sentí un tremendo puñetazo en mi brazo.

—Creo que esta es la señal para no reunirnos nunca más, ¿quién rayos termina un lunes a las dos de la madrugada con tres puntadas en la frente? —llevó ambas manos a cada lado de su cadera y me vio cual mamá regañona

—No es mi culpa, ¿por qué me diste tanto alcohol?

—¡Tampoco es mi culpa! Jamás imaginé que en serio te ibas a golpear la cabeza, hasta el barman se sorprendió y tuvo que llamar una ambulancia.

—Gracias por salvarme —dije dramáticamente, lo que él contestó con una pequeña sonrisa.

—Ese es mi deber... —suspiró.

Después de haber sido arrestado y posteriormente liberado, se derrumbó. Nunca conocí a nadie con tanta vocación, era su sueño desde la infancia. A pesar de que su acta de delincuencia estaba limpia, su despido fue permanente porque no querían "malos" ejemplos en la estación. No era adivino, ¿cómo iba a saber que Taehyung era una especie de asesino serial? Su error fue intentar defenderlo por el cariño que le tenía, hasta se negó a creer que era verdad. Dios, todo pasó excesivamente rápido y fue demasiado inesperado.

No era un amigo íntimo de ese psicópata, pero sí lo encontré en unos cuantos lugares que visité con los muchachos, parecía tan normal... parecía. Además, después de unos meses de escapar, lo encontraron en otra ciudad. Escuché en las noticias que atacó con salvajismo a uno de los policías, le clavó los dientes en el cuello y después escupió el trozo; incluso, aunque los otros dos le dispararon, no dejó de atacarlos. El resultado fue un policía asesinado, tres heridos de gravedad y uno con lesiones leves, porque evidentemente los refuerzos también tuvieron que enfrentarse a él, pero lograron arrestarlo.

Who are you? // HoseokDonde viven las historias. Descúbrelo ahora