Capítulo 5

31 2 2
                                    

2/3
Amelia

¿Cómo te sentirías si después de tres años te encuentras con tu crush?

Yo les diré, tu cuerpo se paraliza totalmente, tus neuronas deja de funcionar, no quitas tu mirada de su rostro, tu mente dimite la idea de funcionar y las malditas palabras no te salen por más que quieras; toda tu se vuelve un manojo de nervios que ni con veinte quilos de calmantes puedes reaccionar, te vuelves presa fácil de tus sentimientos por lo que estos te dominan provocando que actúes de las formas ya mencionadas anteriormente.

Extrañamente mi mano derecha comienza a temblar de una forma muy visible por lo que la escondo detrás, en mis espalda, para evitar tal vergüenza. Y si no han caído todavía, el tío que esta delante mi fue el hombre misterioso de hace tres años atrás que me regalo la cazadora; si así como les cuento.

Vamos a ver, cuando mi padre se mejoró pase casi un año intentando encontrar a dicha persona, fui al mismo lugar como unas cinco veces, esperando que en algún momento de la noche le tocara salir y pelear, merodee por días la zona en la que se efectuaban estas competencias, pero nada e incluso investigue más lugares como ese y me presente, aunque todo fue en vano; no pude dar nunca con su paradero. Hoy en día no sé cuál fue la causa de tal obsesión de mí hacia él, lo único que sé, que el aura de peligro que emanaba en ese momento y que todavía no ha perdido me envolvió de tal forma que su recuerdo nunca abandono mi mente.

Y ahora estaba delante de mí, imponente como siempre; con ese traje azul oscuro que le quedaba como anillo al dedo, el pelo ordenado a su manera y esa cara de mala leche que me está volviendo loca. Algo cambio en él, su mirada ya no es la misma; la primera vez que nos vimos sus ojos dejaban un mensaje claro, muerte; en cambio ahora sus ojos siguen trasmitiendo lo mismo, pero con un toque de ira, odio y más poder; tipo ''odio a los humanos, pero igual soy el puto rey de todos ellos´´.

Ay dios, ¿Qué cosas ando pensando?

—Te he preguntado algo —su voz me hace salir del pequeño trance formado por mi mente.

—¿Cuál? —más pendeja no puedo parecer.

Trágame tierra y escúpeme en Narnia.

—¿Nos conocemos? —frunce más el ceño.

Maldito, pienso, yo aquí muy estúpida acordándome de todo lo que hice para dar con él y el muy cabron ni de mí se acuerda; pero como yo soy mejor que él le devuelvo el golpe.

—No, te he confundido con alguien más —concluyo tomando a la pequeña —. Disculpe las molestias causa…

—Amor —una voz de mujer nos interrumpe haciéndose presente a mis espaldas, provocando que el mire por encima de mí y yo me dé la vuelta para apreciar a una hermosa castaña, con piel de porcelana, suaves rasgos latinos, quien lleva un vestido color lila el cual se ajusta a sus curvas perfectamente —, aquí estas Christian; los invitados esperan por ti.

—Que esperen, tienen que hacerlo —responde de malos modos —. ¿Y tú a que viniste? Te dije que te quedaras esperando.

—Chris, no me trates así —la chica se acerca a él sin percatarse de mi presencia y lo toma del brazo —; cariño sé que estas agobiado, pero…

—Ya voy a ir —la interrumpe con un gruñido —, no comiences con tus charlas estúpidas.

La forma en que la trata es tan humillante que todos mis encantos hacia él se esfuman en cuestión de segundos; sí que me imaginé que el tío pudiera ser un capullo, pero ha rebasado mis limites puestos, ya que, ¿a qué mujer no le gusta el típico macho hijo de puta? A todas, pero no a alguien que humille de esta manera a las mujeres; por lo que bloqueo a este tipo de mi mente y mientras él se enfrasca en una conversación con su novia yo me dedico a moverme lenta y sigiliosamente para salir de allí sin que niguno de los dos se percate de mi huída.

Dulce TorturaWhere stories live. Discover now