T R E C E | S I M U L A C I Ó N

Start from the beginning
                                    

—Déjala, por favor... No les hemos hecho nada... No le hagas daño —suplicó mi compañero.

Miré los ojos del hombre, y deseé poder tener las manos libres para quitarle el pasamontaña, pero sería peor si hiciera eso, tanto para mí como para Cronos y solo miré los ojos negros de ese hombre, los cuales me observaban de una manera asquerosa.

Entonces, la seriedad de ese hombre cambió drásticamente y sus ojos se achinaron, sonriendo a través de sus ojos, pero el frío metal de la pistola seguía sintiéndola en mi cuello y, cada vez que tragaba, me hacía más daño por la fuerza que ejercía.

—Lo que me voy a divertir con la putita de Gato.

La voz y ese tono tan repugnante me hizo querer arrancarle toda esa sonrisa, pero mi miedo comenzó a ir más allá y cuando noté su mano sobre mi pierna, empecé a imaginarme que lo peor vendría dentro de poco, sin que nadie pudiera ayudarme, ni siquiera Cronos, aunque tratase de intentarlo.

—Ni se te ocurra tocarla, miserable —dijo Cronos y, por el tono de su voz, seguramente estaría apretando sus dientes al decirlo. Pero sus manos estaban atadas y no podía hacer nada.

—¿Quién es? ¿Tu perrito? —cuestionó nuevamente con ese acento tan marcado y que tratase así a mi compañero me hizo querer abalanzarme sobre él para quitarle esa sonrisa y esa lengua tan sucia.

—No le trates así —susurré con los dientes apretados.

—JM, déjalos. Nuestra misión es otra, no esa que estás pensando. —Escuché decir a otro con un acento diferente, francés quizás. Pero estaba tan inmersa y tensa en que no apretase el gatillo, que no me dio tiempo a pensar demasiado.

Moví mi cabeza lentamente, hasta llegar a pegarla a la pared de la furgoneta y ni siquiera supe porque hice ese gesto, quizás para no sentir tan fuerte como apretaba la pistola en mi piel, pero no sirvió de nada.

Ese hombre, un tal JM que estaba clavando su pistola en mi cuello, hizo un gesto cansino y luego, tras unos minutos eternos, retiró la pistola de mi cuello, volviendo a saber lo que era respirar y sus manos se alejaron de mi pierna.

—HN, no todos los días conozco a la ayudante de Gato... Si la eligió, por algo es.

—Si le haces algo más lejos de nuestra misión el jefe se enfadará y no solo eso... Gato irá a por ti como se entere que le has hecho algo a su chica. Y no quiero tener una diana en la espalda por tu culpa —advirtió ese tal HN, y el hombre que me estaba amenazando con la pistola arrugó su entrecejo, enfadado y se alejó de nosotros, aún sin retirar su mirada sobre mí.

El silencio volvió a hacerse y Cronos acercó su rostro para quedarse a pocos centímetros del mío y me susurró;

—Voy a sacarte de esta. Te lo prometo —murmuró y podía notar como su voz estaba mal por no poder hacer nada después de todo lo que me estaba haciendo ese tal JM.

Y negué con la cabeza, tratando de aguantar las lágrimas.

No pude contestarle, ni siquiera lo miré y cambié mi mirada para observar mis piernas algo desnudas y ver como había dejado la marca de su mano sobre mi muslo.

De pronto, la furgoneta frenó y tras escuchar varios pasos, los otros hombres que nos secuestraron, abrieron las puertas de la furgoneta y los 3 que estaban dentro con nosotros salieron y nos apuntaron con las pistolas.

—De rodillas —dijo el que llevaba callado todo el trayecto y ambos hicimos caso a lo que nos pedían.

Nos llevaron fuera de aquel garaje y nos metieron en un cuarto bastante grande y abandonado, pero oscuro, tirándonos al suelo y sintiendo como me raspaba mis rodillas por ese gesto.

GATO: Deséalo y perderás [+18] ✔️ (COMPLETA)Where stories live. Discover now