MARCUS
Tenía el cuaderno con todos los apuntes de química que necesitaba para Venenos y Toxinas. En cuento llegué a clase, vi un asiento libre al lado de MJ y me senté ahí. Ella me sonrió y quitó sus cosas de la mesa, para dejar espacio para mí.
-¿Cómo ha ido tu primera semana?
-Nada mal, me he reencontrado con una chica con la que estuve saliendo un par de años.- ambos reímos.
-Eres de lo que no hay, Marcus López.- contestó, y en ese momento entró uno de los monjes de la escuela.
-¿Quién es?- pregunté.
-Esto no me gusta nada.- MJ se levantó caminó al lado de Saya.
-¿Dónde está Druida?- preguntó Saya.
-¿Quién es Druida?- pregunté.
-El profesor.- contestó Saya.
-Los monjes solo aparecen cuando algo muy malo va a pasar.
En ese momento, el monje se desplomó en el suelo y espuma empezó a salir de su boca. Oí gritos y vi a Max con la boca tapada por las manos. Saya y ella corrieron al frente de la clase y miraron al monje, inspeccionando todo su cuerpo. Me puse al lado de la asiática e hice lo mismo.
-¿Es la rabia?- preguntó alguien.
-No, la rabia tiene espuma blanca. No azul.- contestó MJ.- Huele a... mandrágora.
-¿Cómo se elimina eso?
-Dioscórides.- murmuró Max.- ¡Alguien tiene el libro!- Saya se lo dio y MJ puso la página en la que aparecía un tal Dioscórides, el padre de la farmacología.
-Vómito, necesita vomitar.- dijo Saya. MJ puso una mueca de asco y metió sus dedos en la boca del hombre, haciéndole vomitar.
Em monje se incorporó y se quedó mirando a Max y a Saya. Ellas se le quedaron mirando de vuelta y en ese momento, el hombre saltó hacia la asiática, estrangulándola. MJ saltó a su espalda y sacó uno de su puñales y con la parte del mango se lo puso en un punto específico del cuello. El monje se desmayó y en ese momento apareció una hombre, totalmente calvo y de ojos inquietantemente negros.
-Bien, señorita Kuroki y Jones, tienen un diez en esta evaluación.- dijo el hombre.
-¿Druida?- pregunté.
-En efecto, Señor López.
-¿Qué ha sido eso?- preguntó una chica señalando al monje.
-Una prueba. Las señoritas Kuroki y Jones han sido las únicas que han sabido reaccionar ante una situación de estrés y han sabido que tipo de toxina se trataba y como tratarla.
-¿Y el ataque?- preguntó Max.
-Oh, cierto.- Druida sacó una pistola y de un disparo en la cabeza mató al monje.- La mezcla de la mandrágora, narcóticos y adrenalina no ha salido bien.
Max se quedó paralizada de sorpresa al presenciar cómo Druida asesinaba al monje sin pestañear. Sin embargo, su mente analítica y entrenada le permitió reaccionar rápidamente ante la situación. Miró fijamente a Druida, su expresión seria y determinada.
-¿Qué estás haciendo, Druida? -pregunte con voz firme, tratando de ocultar mi ansiedad. Druida soltó una carcajada macabra mientras guardaba la pistola en su bolsillo.
-Veo que te sorprendes, Marcus. Pero no te preocupes, estoy seguro de que serás de gran utilidad para mi plan.
-¿Qué plan?- preguntó Saya llevando sus manos a los puñales.
Saya apretó los puños, consciente de que estábamos en desventaja y de que no podía cometer un movimiento en falso. Observó a Max, quien parecían tan atónitas como nosotros. Druida nos miró y se sentó en la mesa. Max sacó sus puñales y los agarró con fuerza.
-El Plan.- se levantó y cerró la puerta con llave. Sacó su arma y le disparó a Max en el brazo.
-¿¡Qué haces!?- chilló sujetándose el brazo.
-Vamos, gáneme. Demostradme que merecéis estar aquí. Quien sea derrotado y/o se rinda, será expulsado. Solo queremos los mejor en esta escuela. Queremos la élite.
Druida sacó un bastón de debajo de la mesa y fue a atacar a Saya, que rodó en el suelo y le asestó una patada en la pierna, tirándole al suelo, antes de que cayese, le arrebaté el bastón y le golpeé la espalda. Max sacó sus puñales y los agarró con fuerza.
Aunque era novato en la lucha, sabía que no podía quedarme atrás. Con la determinación ardiendo dentro de mí, me acerqué lentamente a Druida, extendiendo mi mano para ayudar a Saya a levantarse del suelo.
-Somos un equipo, Marcus. Trabajemos juntos para enfrentarnos a Druida, no podemos dejar que nos gane.- dijo Max, con una mueca de pocos amigos.
Asentí con determinación y agradecí en silencio su apoyo y confianza. Juntos, avanzamos hacia Druida, quien estaba luchando por recuperarse del golpe inesperado. Aunque temblaba por dentro, me recordé a mí mismo que estos entrenamientos eran para aprender y superar mis miedos.
Chico y dos amigos suyos se adelantaron y empezaron a darle golpes a Druida, era increíble el aguante que tenía ese hombre. No bajaba de los cincuenta y cinco años, pero aún así, tenía una resistencia sobrehumana.
-Adrenalina.- dijo Saya.
-Está drogado de adrenalina. Nos va a dar una buena batalla.- terminó de decir MJ.
-¡Yo me voy de aquí!- gritaron cuatro o cinco personas, marchándose por la puerta.
Alzando el bastón en mis manos, me acerqué a Druida y luché con todas mis fuerzas. Aunque no tenía la misma habilidad que ellas, me moví con agilidad y rapidez, aprovechando cada oportunidad para asestarle golpes precisos.
Después de una intensa pelea, finalmente conseguimos reducir a Druida. Nos miramos el uno al otro con orgullo y una sensación de solidaridad compartida. Aunque solo era el comienzo de mi trayectoria en King's Dominion, esta ya había sido una clase intensa.
El director Lin entró por la puerta y le dijo a Druida que se levantase. Nos miró a los tres y a Chico y su amigos y nos sonrió orgulloso. Miré a mi alrededor y éramos los únicos que estábamos de pie junto a otros tres chicos y dos chicas. El resto se había marchado o había sido vencido.
-Enhorabuena chicos, bienvenidos a la élite.
ESTÀS LLEGINT
Always [Marcus López X Fem OC]
FanfictionMaxine Jones lleva un tiempo en la academia 'King's Dominion', no se junta con nadie y nadie se junta con ella, salvo los conocidos como 'ratas', ella no lo es, pero cree que son las mejores que conoce. Sabe que por ello se mete en problemas, pero...