𝐜𝐮𝐚𝐭𝐫𝐨

Comenzar desde el principio
                                    

—¡Si tanto insistes, toma!—lanzó el primer golpe, pero Reiner logró esquivarlo, ambos se colocaron en las mismas posiciones anteriores, mientras que yo tan solo respiré hondo.

—Lo hiciste muy bien Ainara, esa precisión en tus piernas fue bastante buena. Podría ser una ventaja que utilices en caso de que haya necesidad.—me decía Marcó, sujetado de las barandas, mientras que Jean nos miraba.—¿Estás cansada? Yo también, Jean me dio unos buenos golpes, creo que exagero un poco.—me comentaba Marcó, por lo cual le escuchaba.

—Vaya, Eren también lo tumbó.—aviso Jean, por lo cual observe cómo Reiner se levantaba del suelo con ayuda de Eren.—Reiner tiene una gran capacidad para manejar cualquier entrenamiento, no creo que se deje vencer tan fácilmente.—opinaba, queriendo opacar las habilidades de Eren.—¿Tú que piensas Ainara?—me preguntó, mirándome fijamente, pero simplemente le ignoré, viendo como fruncía el ceño, para así, yo dirigir mi mirada a mis compañeros.

—De acuerdo Eren, démosle una lección a esa holgazana. Le enseñaremos cómo debe comportarse un verdadero soldado.—murmuraba Reiner junto a Eren, y es que dirigí mi mirada hacia ellos, observaban fijamente a Annie.

—Creo que solo deberían dejarla en paz. Armin está aquí escondiéndose del instructor, y nadie le dice nada.—opine, señalando a Armin a mi lado, quien se sobresaltaba por mi comentario.

—Oh, claro que no sé está escondiendo, ya recibió su golpe. ¿No es así, Armin?—comentó Eren, observando cómo su amigo ya había limpiado la sangre, Armin asentía, y nuevamente me sentí apenada.

—Ah, Armin, yo... —quería disculparme, le miré fijamente pero él dirigió su mirada adelante, por lo cual me fue bastante curioso que Reiner aún así decidiera ponerse delante de Annie.

—¿Escapándote del instructor, floja?—expresó Reiner delante de ella, y en ese momento, el rostro de Annie cambió, todo se transformó en seriedad, estaba furiosa.—En caso de que no quieres una amonestación, recuerda tu primer día aquí y tómate tus cosas más en serio.—le decía él, de un tono más serio.

—Oye, ¿por qué le hablas así?—le preguntó Eren, queriendo ser todo un caballero, pero reí en cuanto vi cómo Reiner lo sujeto por los hombros para alentarlo a pelear en contra de Annie.

—Oh, presiento que esto va estar bueno.—murmure, cruzándome de brazos, para ver cómo Annie con esa posición tan firme, derrotaría a Eren.

—¿Entonces así si hablas?—comento Jean a mi lado, a quien mire de reojo, con un semblante serio.—Amargada.—musitó, pero le ignoré, quería ver esto en serio.

Eren se colocó en posición. Así que no lo dudo, dirigió su ataque instantáneamente a Annie, pero falló. En un solo parpadeo, ella logró esquivarlo y con su pierna, entrelazarla con la de Eren, provocando que cayera al suelo bruscamente. Sonreí. Era patético. No pudo sostenerse de pie, ella le había pateado el tobillo con tanta fuerza que de seguro lo inmovilizó por completo. Ella era una persona fría, muy siniestra y apartada. Por un momento, parecíamos compartir las mismas actitudes, pero a mi no me costaba trabajar en equipo, porque había logrado acoplarme al menos a la mitad de mis compañeros. Annie me miró, me miró muy seriamente y de una manera tan fría, que pareció querer enviarme algún tipo de mensaje con su mirada. Firmemente en mi seriedad, me mantuve cruzada de brazos por su insólita mirada hacia mi persona. Desde que llegue, ella no dejaba de mirarme así, de mirarme por encima del hombro, por lo cual esperaba que Eren al levantarse, lograra tumbarla, pero ella volvió a inmovilizarlo, de una manera tan brusca, que Eren cayó de espalda, manteniéndose en esa posición. Y aunque, le paso todo el cargo a Reiner, ella en un fuerte impulso, lo abalanzó tan brusco, que perdió el balance y decayó justo encima de mi. Tumbándome por completo junto a él. Y debía admitirlo, eso realmente me molesto por completo, porque lo había hecho con toda la intención, así que, respire hondo y me levante del suelo.

𝐎𝐂𝐄𝐀𝐍──𝐀𝐫𝐦𝐢𝐧 𝐀𝐫𝐥𝐞𝐫𝐭 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora