14. Stephanie: Arribo a la playa

Start from the beginning
                                    

Leandro llegó tambaleándose a la playa. Sin voltearse para verlos y sin mirar a los lados, corrió a largos pasos hacia adelante. Cayó a la arena una vez, pero se paró de un salto. Steph estaba a punto de ver cómo llegaba a su destino, cuando una ola la aceleró y la arrojó a la playa a ella también. De pronto estaba con arena en la cara.

Sintió el pánico de nuevo. El cuello le picaba, el aire le faltaba y la opción de quedarse ahí tirada en la arena mientras el agua llegaba a sus pies a intervalos constantes se veía cada vez más atractiva. De hecho, ahí se hubiera quedado si es que la decisión hubiese sido de ella.

Alguien la cogió fuertemente del brazo y la obligó a pararse. Era Teresa, por supuesto. En cuanto estuvo parada, las piernas de Steph parecieron ceder y casi cae al piso arrodillada, pero Daniel, que estaba parado junto a ella no lo permitió. La sujetó de la cintura

"¿Quieres que así sea como te recuerde tu hija?", le susurró en voz baja.

Steph buscó con la mirada. Estaba un poco desubicada, así que se tardó en encontrarla. Antes vio lo cerca que tenía a los zombis. Si bien estaban distraídos por las bocinas, caminando lentamente hacia los bordes de la playa, estaban apenas a unos metros. Si se voltearan y fueran por ella, se demorarían segundos en agarrarla. Segundos. Así de cerca. Eso no ayudó en enfocarla.

"Tu hija", le susurró Daniel y señaló hacia adelante. Ahí estaba Cristian avanzando con la pequeña niña en brazos. El programador avanzaba con dificultad, doblando demasiado las rodillas. El peso de Naomi parecía ser demasiado para él. Sin embargo, por alguna razón él persistía en cargarla. "Te necesita. Ve con ella"

Steph, sin embargo, no pudo. Se dejó caer en la arena nuevamente y Daniel tuvo que sostenerla. La sujetó con más fuerza de la cintura y la obligó a avanzar unos cuantos metros.

La visión de Steph estaba nublada. Estaba confundida y no se podía concentrar. Sabía que tenía zombis a un lado y al otro, pero no tenía claro hacia donde debía correr y en dónde estaba su hija. Quiso pararse, pero no pudo. Daniel la seguía empujando hacia adelante. No le daba respiro. Ella quería que la dejara pararse, que la dejara valerse por sí misma, pero Daniel no estaba colaborando. Era como que ella había tenido su oportunidad y ahora tendría que dejarse llevar, no más. Humillarse frente a su hija.

O detrás de su hija, mejor dicho. Por lo menos ella estaba mirando hacia adelante. Steph esforzó su vista y pudo entender que ahí delante, avanzando por la playa a pasos largos a unos cuantos metros de distancia, estaba Cristian que ya había soltado a Naomi y la guiaba para que siga caminando hacia la casa azul. Con un poco de suerte, por lo menos ellos dos se salvarían.

Llegarían al refugio y se presentarían como padre e hija. Cristian y Naomi vivirían juntos, entonces. Serían una familia feliz, sin Steph. Y con el tiempo la olvidarían y se creerían la mentira. ¿Era eso lo que quería? ¿Era eso lo que ella esperaba de su hija? ¿Desaparecer de la historia era lo mejor para ella?

No, definitivamente no. Naomi necesitaba a su madre. La necesitaba a ella. No podía dejarla en manos de ese cínico programador. Técnico acomodado que había estado acoplándose a todas las circunstancias desde que se conocieron en las Siete Torres. ¿Qué clase de educación recibiría su niña de él? ¿Qué cariño recibiría? ¿Qué futuro le esperaba? No, por ella debía armarse de valor.

De pronto la sugerencia de Teresa tuvo sentido. Fingiría ser una persona valiente. Lo haría por Naomi. Se mostraría como alguien útil. Alguien que no es una carga. Tenía que dar el ejemplo.

Y así, de pronto, estaba dando pasos reales y ya no estaba pisando arena. Estaba caminando sobre una plataforma de concreto a pocos metros de la casa azul. Ya casi había llegado. Steph sonrió y estiró las manos hacia adelante. Su hija ya estaba subiendo la escalera de mano que habían habilitado. Cristian estaba comenzando a subir. Daniel ya no estaba sosteniendo a nadie, sino que estaba con sus armas listas por si algo salía mal.

Réquiem por TrujilloWhere stories live. Discover now