Capítulo 21

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Hola :) He estado desaparecida durante unos meses, pero necesitaba un descanso porque no podía más. Sentía que estaba perdiendo las ganas de todo y aunque me moría por escribir, no podía. Y aquí estoy sí que aquí estoy para terminar la historia.

Si sigues leyendo gracias de todo corazón.

GRACE

Las horas que pasamos en la pequeña celda se hacen amenas. 

Nos tomamos con humor lo sucedido. Es mejor eso que llorar. Además, Oliver estuvo atento conmigo y pidió a unos agentes hielo para poner en mis nudillos. Le impresionó bastante el golpe, pero se rió de ello. Nunca me había visto pegar a nadie y nunca lo he hecho, pero no iba a permitir que se lo llevaran solo.

Salimos de ahí hacia un pequeño mostrador para recoger nuestras pertenencias. Agarro mi bolso y espero en una esquina a que Oliver termine de hablar con el agente que le tiende su móvil y billetera.

La culpabilidad me azota en un intento desesperado de llamar mi atención.

Soy culpable de este desastre. De no haber sido por mí él no estaría en una comisaría a las cuatro de la mañana.

—Deja de mirarme así —le escucho decir al acercarse.

Frunzo el ceño sin saber de qué me habla.

—Como si fueras culpable —añade—. Esto no ha sido culpa tuya, Grace.

Suspiro.

—Siempre que estás conmigo pasa lo mismo —declaro y se acerca un poco. Un palmo de distancia entre los dos.

—¿Cuándo entenderás que no debes asumir culpas que le corresponden a otros? —acaricia mi mejilla.

—Nunca —sonrío entristecida. Ahora es él quien suspira.

Sabe que soy una cabezota y que no le daré la razón. No en esto.

—Que sepas que por muchas cosas que pasen, seguiré estando contigo —hace una pausa— porque a veces es mejor enfrentar el mundo cogidos de la mano que solos.

—¿Por qué la caída nunca llega? —me sonríe tiernamente.

—Y también porque somos mucho más fuertes sabiendo que no nos dejaremos caer.

Su mano cae a mi cintura y da un ligero apretón. Nuestras miradas se encuentran al instante.

—Será mejor salir de aquí —susurro y asiente con la cabeza dándome la razón.

Busco su mano para entrelazarla con la mía y de reojo observo como una sonrisa sutil se dibuja en sus labios. Rápidamente me contagia y me encuentro sonriendo como una idiota mientras caminamos hacia la salida.

Según tengo entendido, alguien pagó la fianza.

Sí, fianza, porque esto no era ningún aviso y un par de preguntas, no. Era una detención sin pruebas suficientes, pero que alguien tenía planeado desde el principio.

Una vez fuera, el viento mece mi cabello y respiro hondo para obtener aire puro. Espero que las personas que vea sean mis mejores amigos y no uno de mis padres.

Ahora solo quiero perderme por ahí. A su lado. Y dará igual donde, cualquier lugar se vuelve especial cuando estamos junto a la persona correcta.

—Grace —escucho mi nombre y alzo la cabeza.

La culpabilidad se esfuma y da paso a un alivio enorme. Mis amigos vienen hacia nosotros. Sin embargo, la única que tiene cara de preocupación es Kate, Tom ni siquiera se esfuerza en ocultar el cabreo.

Destinada A Olvidarte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora