Capítulo 7: Sixth Year: The Tower falls

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Las horas siguientes resultaron ser la peor pesadilla que Harry podría haber imaginado. Después de recuperar el Horrocrux -(y a qué precio, en realidad)- apenas lograron volver a Hogwarts.

Encontraron el castillo en un estado de violenta confusión y, con un corazón martilleante, Harry detectó la Marca Tenebrosa cerniéndose sobre la torre de astronomía. Y eso sólo podía significar una cosa alguien había muerto.

En lo alto de la torre, Dumbledore ordenó a Harry que se escondiera al oír los pasos que se acercaban rápidamente. Harry descendió por el otro lado, escondiéndose justo debajo del suelo de rejilla.

Con un estruendo, la puerta se abrió de golpe y alguien gritó con fuerza -¡Expelliarmus!-. La varita de Dumbledore salió volando de su mano.

-Buenas noches, Draco-, dijo Dumbledore, no había ni miedo ni angustia en su voz.

Harry se tensó y luchó contra el impulso de volver a correr hacia arriba.

-¿Quién más está aquí?- espetó Draco, mirando a su alrededor con desenfreno.

-Una pregunta que podría hacerte. ¿O estás actuando solo?-.

-No. Tengo refuerzos. Hay mortífagos en tu colegio esta noche-. Malfoy sonaba asquerosamente orgulloso de sí mismo.

-Vaya, vaya-, respondió Dumbledore como si Malfoy acabara de mostrarle un ambicioso proyecto de deberes.

-¿Así que has encontrado una forma de entrar?-, inquirió y Malfoy resopló.

-Lo hice. En tus propias narices-.

-Ingenioso-, comentó Dumbledore. Harry quiso abofetear al hombre por estar asombrado en lugar de preocupado.

-No tardarán mucho-, jadeó Malfoy. -Me adelanté. Yo... ¡tengo un trabajo que hacer!-.

Harry se olvidó de respirar mientras Dumbledore respondía con calma.

-Pues entonces, debes ponerte a hacerlo, mi querido muchacho-. Unos ruidos fuertes llegaron desde el piso de abajo, distrayendo a Harry por un segundo. Malfoy también pareció flaquear.

Dumbledore empezó a hablar de nuevo, intentando convencer a Malfoy de que no era un asesino. Harry no quería otra cosa que saltar y hechizar a la maldita serpiente, pero se quedó escondido, escuchando atentamente. Malfoy le explicó lo del armario evanescente que había encontrado en la Sala de Menesteres. De repente, Dumbledore mencionó a Snape.

-El profesor Snape te ha estado vigilando por orden mía...-

-No ha estado cumpliendo tus órdenes, se lo prometió a mi madre...-

-Por supuesto que eso es lo que te diría, Draco-.

-¡Es un doble agente, viejo estúpido! No trabaja para ti-. Malfoy estaba gritando ahora.

-Entonces debemos estar de acuerdo en diferir-, respondió Dumbledore con calma. -Sucede que confío en el profesor Snape...-

-Pues entonces se te va la pinza-, se mofó Malfoy. Harry estaba furioso. ¿Por qué Dumbledore estaba allí de pie, teniendo una charla ociosa con Malfoy, que obviamente quería matarlo? ¿Tenía otro truco bajo la manga?.

Se oyó un golpe, más fuerte que antes y ahora sonaba como una pelea en la propia escalera. Harry se aplanó detrás de una estantería cuando escuchó unos pasos que ascendían. Apenas unos segundos después, cuatro mortífagos subieron corriendo las escaleras. Y entonces oyó su risa. Esa risa cruel que le arrancó la piel a Harry y que lo perseguiría por el resto de sus días. Bellatrix Lestrange.

Le costó toda su fuerza de voluntad permanecer oculto y no lanzarse tras ella. Se aferró a la esperanza de que el director supiera lo que estaba haciendo.

OILD AND WATER Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz