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Helicópteros pasaban cada cierto tiempo, pero nadie les daba mucha importancia.

— ¿Estás bien? –le pregunto On-jo a Cheong-san, quien estaba mirando por la ventana–

Cheong-san alzó levemente su mano, dejando ver como es que sus nudillos estaban heridos.

— No estas bien. –dijo On-jo al ver los nudillos de Cheong-san–

Cada que los helicópteros pasaban atraían mas zombies.

— ¿Como crees que estarán afuera? –pregunto On-jo con la mirada hacia afuera–

— Tu padre es bombero, así que seguro está bien. –dijo Cheong-san sin dejar de ver hacia afuera– Mis padres deben de estar en el restaurante. Es lo mas importante para mi madre. Podría estar sirviéndole pollo a los zombies.

— Ojalá pudiera comer su pollo ahora mismo. –dijo On-jo–

— Dijiste que estaba salado.

— Pero igual sabía bien.

— Comamos pollo... cuando todo esto acabe. –dijo Cheong-san–

Ambos jóvenes tenían la mirada puesta en el campo del instituto, este estaba repleto de zombies. Luego de esa conversación, ellos quedaron en silencio, pero era un silencio cómodo.

Ya había pasado unos largos minutos, hasta podría decirse una hora.

— No oí nada –Cheong-san interrumpió el silencio que abundaba la sala– ¿Ustedes escucharon algo?

— ¿Cómo qué? –pregunto Su-hyeok–

— Cuando Na-yeon se fue... y la señorita Park salió tras ella. –recordó con la mirada perdida– No oí nada después de eso.

— ¿Cómo gritos? –dijo Gyeong-su–

— Sí –respondió Cheong-san volteando a verlo–

— Quizá no murieron, entonces. –pensó Dae-su– Si los zombies las hubieran mordido, habrían gritado. Tienen que estar vivas.

Nadie dijo nada ante lo dicho por Dae-su, talvez tenia razón, pero cada quién quería guardar su opinión sobre eso para ellos mismos.

— ¿Por qué no responden? –preguntó Dae-su– Nadie responde. Siempre estoy hablando solo. –dijo agachando la cabeza–

— Tienes razón. –dijo On-jo al dirigirle la mirada–

— ¿En qué? –pregunto Dae-su–

— Yo tampoco oí nada.

— Yo tampoco –dijo Bo-yoon– Tenía miedo porque no sabía como me sentiría si las oía gritar, pero no oí nada.

— Ahora que lo pienso, yo tampoco –dijo Yoong-young–

— Entonces, tengo razón. Están vivas, ¿no? –dijo Dae-su al escuchar a todos–

— ¿Les parece justo? –dijo Ji-min–

— ¿Qué quieres decir? –le pregunto Yoong-young–

— Es una asesina. Intento matar a Gyeong-su y se marchó por su cuenta. –dijo neutra– ¿Está bien que esté viva? ¿No están siendo todos falsos?

— ¿Y la señorita Park? –dijo Woo-jin– ¿Ella también debía morir?

— ¿Es culpa nuestra? –pregunto Ji-min–

— De todos modos, pasó por nuestra culpa. –dijo Woo-jin mirandola–

— ¿Qué? ¿Qué hicimos nosotros? –preguntó enojada Ji-min– Na-yeon casi mata a alguien y se hizo la víctima, y se fue sola, ¿lo hizo porque no la escuchamos? –hizo una pequeña pausa– Si nadie está de tu lado, ¿está bien matar?. La señorita Park habló como si fuéramos culpables. Pero nunca le pedimos a Na-yeon que se fuera. Ni le dijimos a la señorita Park que saliera. ¿Por qué sentirnos mal? ¿Qué diablos hicimos mal?

ESTAMOS MUERTOS/𝐀𝐥𝐥 ☻︎𝐟 𝐔𝐬𝐬 𝐀𝐫𝐞 𝐃𝐞𝐚𝐝Where stories live. Discover now