Tres

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Gustabo fue empujado desde el quinto piso de un estacionamiento, la caída fue más corta de lo que se podía esperar, su cuerpo impactó contra el suelo rompiendo varios de sus huesos, reventando sus costillas y dejando un gran charco de sangre a su al rededor. La banda había escapado en sus autos robados, cosa que Horacio aprovecho bajando las escaleras a toda ostia agachándose a lado del teñido pelinaranja, le tomo el pulso, nada. Suspiro y fue por su auto, se acercó de nuevo al cuerpo del mayor y lo introdujo en la cajuela procurando que nadie lo viera, no sabría cómo explicar que el director del FBI metió a la cajuela a uno de sus hombres.

Una semana había pasado, Gustabo despertó en un lugar claustrofobico, no era la primera vez que estaba ahí, el "techo" tenía varias líneas que marcaban un conteo de las veces que despertó en aquel lugar, suspiro abriendo la tapa del ataúd que se encontraba en el sótano. Camino con cierta pereza subiendo las escaleras hasta fuera de la habitación llegando a la sala, fue directo hasta la cocina sirviéndose una taza de café, se sentó en la mesa comenzando a beberlo como si despertar de la muerte fuera lo más normal del mundo para él... lo cuál si era así.

Horacio entro a la cocina y reviso el refrigerador haciendo una mueca planteándose si debería cocinar algo o pedir a domicilio.

—¿Que se te antoja? -pregunto ya a sabiendas que el ojimar estaba ahí-.

—Si te soy sincero... enserio quiero romper dieta -dejo la taza a un lado y reposo su cabeza en la mesa sobre sus brazos-.

—¿Todo bien? -cerro la nevera y fue a su lado acariciándole la espalda-.

—Ya no quiero trabajar en el FBI.

—¿Que? ¿Porque? ¿Sucede algo? -se sienta a su lado preocupado-.

—Desde que estoy en el FBI he tenido más "accidentes" de lo usual, eso solo quiere decir que no estoy hecho para eso, no soy un buen agente.

Suspira —Esta bien, respetaré tu decisión, se lo haré saber a Maia, talvez ella diga que puedes retirarte pero requerirán tus servicios muy de vez en cuando.

—Eso me hará sentir mejor -alza la cabeza sonriendo- tú puedes ir a trabajar y cuando llegues te estaré esperando con una deliciosa comida.

—Suena a un matrimonio telenovelero.

—Antes éramos como un matrimonio de serie de acción, no se porque te quejas ahora.

—No es queja -le da un pequeño beso en los labios- me parece lindo, es todo... no quiere decir que antes no me pareciera linda nuestra dinámica, simplemente la que tendremos ahora también me agrada.

—Genial, por fin Volkov se alegrará al tener mi puesto.

—Quien sabe, lleva días desaparecido, Maia me dijo que estaba en una misión en España, pero no a mandado mensajes de cómo va en ella.

—Recuerda que pueden estarlo vigilando, no cualquiera confiaría en un ruso de dos metros.

Ese día ambos chicos rompieron la estricta dieta que tenían y se permitieron comer comida con mucha grasa y chuches con inmensa cantidad de azúcar. Se quedaron viendo películas hasta tarde, empezaron por las de acción y ahora iban por las de terror, que no eran las favoritas de Gustabo, si no, de alguien más.

—Pogo piensa que está película no da miedo -dijo el pelinaranja con un puchero en los labios-.

—A mi si me da miedo, abrázame -extiende los brazos a su dirección-.

—Pogo te va a proteger -lo abraza y le besa la cabeza volviendo a ver la película- estás temblando.

—Es que siento que Jason aparecerá detrás de nosotros... o Freddy Kruger.

—Pogo no dejara que nadie te ponga un dedo encima ¿O acaso no confías en mí?

—Si, pero... pero... -oculta su cara en el pecho del contrario-.

—Tranquilo bb, eres un héroe, recuérdalo.

—Ahora no me siento como uno.

—¿Porque no? Te recuerdo que Superman le tenía miedo a las alturas, pero si quieres algo más realista... -piensa un poco- Pogo le tenía miedo a los gatos.

Lo mira con un par de lagrimitas —¿Enserio? ¿Porque no me lo dijiste?

—A Pogo le daba pena la opinión de Horacios, pero lo supere ¿A qué le temes exactamente bb? -le limpia las lágrimas-.

—Le tengo miedo a cualquier cosa que pueda separarnos, es obvio que no tienes vidas infinitas, ni tú ni yo lo sabemos, ni siquiera los altos mandos lo saben, y yo... no sé si tengo esa capacidad, no quiero que nos dividan, ustedes son muy importantes para mí.

—Los tres estaremos bien, nadie nos va a separar ¿Entiendes? Todo estará bien ¿No lo vez? Han pasado tantos años y seguimos juntos -le toma la mano y le besa los nudillos- siempre juntos.

Sonríe —Pogo... ¿Dónde está Gustabo?

—Se durmió cuando la película de Gremlins iba a la mitad, me pareció una ofensa de su parte -dramatiza tocandose el pecho-.

Le besa la mejilla —Tranquilo cari, me lo esperaba de él.

—Escucha, para que te calmes podemos ver El Diablo Viste A La Mo... -fue interrumpido por los labios del contrario-.

—Si! Iré por más palomitas mientras la buscas -se levanta y corre a la cocina-.

Pogo se tocó los labios con un pequeño sonrojo y busco la película antes de que el otro regresará, al final se vieron la película antes mencionada, Legalmente Rubia, Pasante De Moda, La propuesta; todo lo que a Horacio le encanta. Ya era de madrugada y Pogo se había quedado dormido, Horacio se dió cuánta cuando Cruella había acabado, sonrió y se escurrió entre sus brazos, inconscientemente el estadounidense lo rodeo con sus brazos sin despertar, ambos se durmieron acurrucados en el sillón.

Fobias... normalmente se adquieren en la infancia, el miedo es común en los niños, con el tiempo se superan ciertos miedos, pero otros no, por eso es tan común el miedo a las agujas, algo que puede parecer ridículo puede ser una tortura para otros.

El miedo a quedarse solo de Horacio es entendible, el único que a permanecido a su lado es Gustabo y Pogo.

El miedo a los gatos de Pogo es... cuestionable...

Pero ¿A qué le teme Gustabo?

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¿Cuál podría ser el miedo de Gustabo?

¿Volkov en España?

¿Que tan "inmortal" es Gustabo?

A Tu Lado [Gustacio]Where stories live. Discover now