Capítulo 8(1)

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Pasaron ocho días y ocho noches sin que sucediera ningún accidente.   La tripulación aún era cautelosa con Jimin,  pero ya no lo miraban tan a menudo con el entrecejo fruncido.  

Algunos hasta silbaban de vez en cuando mientras realizaban sus tareas diarias.  Chester,  uno de los marineros era el más supersticioso y era el único que seguía haciéndose la señal de la cruz cada vez que veía a Jimin.

Jimin simulaba no verlo.

Cuando terminaron de arreglar las velas,  recuperaron el tiempo perdido.   Estaban a una semana de la isla de Nora,  el clima era bueno,  aunque el calor era intolerable durante las tardes,  sin embargo las noches seguían siendo frías.

Las cosas parecían tranquilas.

Jungkook tendría que haber advertido que eso no podía durar.  

El viernes por la noche había terminado de dar las instrucciones para la guardia,  para los ejercicios y disparos de los cañones que harían al día siguiente.

Jungkook,  Matthew y Jimbo estaban de pie en el escotillón que conducía al camarote de Jungkook.

- Los hombres ya están olvidando eso de que tú esposo Omega tiene una maldición,  muchacho- susurró Jimbo para asegurarse de que Jimin no pudiera oírlos- Chester dice a todos que no hay dos sin tres.  Será mejor que sigamos vigilando a Jimin hasta que...

- Jimbo,  nadie se atrevería a tocar al esposo del capitán- susurró Matthew.

- No estoy sugiriendo eso- replicó Jimbo- pero no quiero que lastimen sus sentimientos...Jimin es un poco tierno de corazón.

- ¿ Sabías qué nos considera parte de su personal?- le señaló Matthew- obviamente Lord Jimin te tiene en la palma de su mano si te preocupan sus sentimientos- Matthew iba a continuar  con el tema cuando un olor a humo le llamó la atención- ¿ es olor a humo?- preguntó.

Jungkook vio la columna de humo saliendo por los bordes del escotillón antes que lo hicieran los otros dos marineros.   Debería haber gritado fuego para alertar a los otros del peligro.   No lo hizo.   En lugar de eso gritó el nombre de Jimin.   La angustia de su voz era conmovedora.

- ¡ Fuego!- gritó Matthew.

Jimbo se fue corriendo a buscar cubos,  gritando y pidiendo agua,  mientras Matthew trataba de detener a Jungkook para que no bajara por el escotillón.

- ¡ No sabes cuanto fuego hay muchacho!- le gritó Matthew- usa la escalera...

Matthew abandonó su petición cuando Jungkook se soltó y se deslizó por la abertura y luego volvió para bajar corriendo por las escaleras.

Jungkook  casi no podía ver dentro del camarote,  el humo era espeso,  fue tanteando  el camino hacia la cama para buscar a Jimin.

Jimin no estaba allí,  cuando terminó de revisar el camarote le ardían los ojos y los pulmones.   Retrocedió hacia el escotillón y usó los cubos de agua que Jimbo había traído para apagar el incendio.

El peligro había terminado,  la pérdida que casi habían sufrido hizo temblar a los hombres.

Jungkook no podía controlar los latidos de su corazón y los aullidos lastimeros de su lobo. El miedo por la seguridad de su Omega lo tenía abrumado.   Sin embargo Jimin no estaba allí,  no había sido devorado por las llamas,  no estaba muerto.

Aún.

Matthew y Jimbo flanquearon a Jungkook,  y observaron el lugar para evaluar los daños.

Varios de los tablones de la cocina habían caído en el camarote y dos paredes estaban negras hasta el techo.

RaméOù les histoires vivent. Découvrez maintenant