Capítulo 1

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Catorce años después...

Sería un secuestro limpio y sin complicaciones.

El Marqués Jeon Jungkook estaba preparado para utilizar cualquier método para obtener su objetivo. Si la suerte estaba de su lado, su víctima estaría profundamente dormido. Si no, una simple mordaza eliminaría cualquier ruido de protesta.

Fuera legal o no, el se reuniría con su novio Omega. Jungkook, no tendría que actuar como un caballero, lo cual era una bendición, considerando que esas tiernas cualidades eran completamente ajenas a su naturaleza de Alfa dominante. Además sólo faltaban seis semanas para que hubiera una anulación del contrato matrimonial.

Jungkook no veía al novio desde hacía catorce años, claro que la imagen que guardaba de él no era muy fantástica que digamos.

No se hacía ilusiones sobre él, ya que había visto suficientes Omegas del clan Park como para saber que no eran nada extraordinarios. Poco agraciados en aspecto y disposición, la mayoría tenía forma de pera, con huesos grandes y apetitos gigantescos, si los rumores no exageraban.

Aunque tener esposo a su lado, le parecía tan espantoso como nadar a medianoche entre tiburones, Jungkook estaba preparado para soportar la prueba. Quizá si se ocupaba del problema podría encontrar la forma de cumplir el contrato matrimonial sin tener que estar con el Omega día y noche.

Durante casi toda su vida Jungkook había estado solo, negándose a recibir consejos de ningún Alfa. Sólo le confiaba sus pensamientos a su amigo Kim Seok Jin. Sin embargo, las ganancias eran demasiado grandes como para que Jungkook las ignorara. El botín que ofrecía el contrato matrimonial después de un año de convivencia con Park Jimin compensaba cualquier repulsión que tuviera que soportar. Las monedas de oro que recibiría por decreto del Rey harían posible la sociedad que él y Jin habían formado el verano anterior. La Compañía Esmeralda era la primera empresa legítima que habían creado y tanto Jin como él estaban dispuestos a hacerla funcionar.

La razón era simple...ambos estaban cansados de vivir al margen de la ley.

Jungkook y Jin eran piratas por accidente, ambos Alfas, pero ya no querían seguir siéndolo por los riesgos que corrían. Jungkook era el infame pirata Gukk, toda una leyenda, su lista de enemigos podía tapizar un gran salón. La recompensa por su cabeza había aumentado tanto que hasta un santo se hubiera tentado para obtenerla. Mantener su identidad secreta era cada vez más difícil. Sólo era cuestión de tiempo para que lo atraparan si continuaba como pirata, por eso accedió a la petición de Jin.

La nueva empresa, Esmeralda Compañía, necesitaba barcos adicionales para su flota, por eso necesitaba hacer válido el contrato matrimonial.

El y Jin se conocieron hacían muchísimos años, era el único que conocía su doble vida, además el hermano de Jin se había casado con su hermana Omega lo que fortaleció aún más su amistad.

Como Jungkook era el marqués Jeon y Jin el hermano de un poderoso conde, los invitaban a todas las fiestas con la clase alta y de esta manera aumentaban su clientela para su empresa legal.

La sociedad no encontraba a Jungkook muy agradable, pero a él no le importaban esas opiniones y prefería la comodidad de un bar en el muelle a los estirados de clase alta en un salón formal.

Jin era el lindo, las Omegas creían que era increíblemente apuesto y siempre le coqueteaban.

Jungkook no tenía tanta suerte, parecía más un guerrero de la antigüedad que un adonis. Nunca se molestaba en atarse su cabello castaño rojizo, sino que lo dejaba caer libremente sobre sus hombros. Jungkook era un hombre corpulento, con hombros y muslos musculosos, sin nada de grasa en su cuerpo. Sus ojos negros sin duda llamaban la atención, si las Omegas no se asustaban antes de su gesto hosco y huraño.

RaméWhere stories live. Discover now