6

321 49 3
                                    

Cuáles hormigas se encontraban subiendo algunas cosas esenciales a la aeronave cuando salió el alfa con su laptop en la mano, pues mientras terminaba de ver los últimos detalles de dónde irían paso a supervisar.

-¿Qué hacen ellos en jaulas?- Preguntó mientras miraba a los pequeños cachorros.

-Para el viaje, señor- Oeznik respondió.

-No los llevaré, son inútiles e innecesarios- Sentenció el Barón de manera definitiva a la sugerencia de su mayordomo.

Mientras miraba de manera des aprobatoria las jaulas su mirada se encontró con la de James.

-¿Cómo está tu herida?

Un ligero escalofrío recorrió su espalda al escuchar al alfa dirigirse a él- Bien.

-¿Bien?

Al escuchar que el Barón le cuestionó su respuesta comenzó a pensar que quizás este quería alguna clase de informe sobre esta.

-Si. La bala fue extraída con éxito.

Con algo de nervios caminó hasta quedar frente al alfa.

-Alfa, yo.

-¿Por qué me llamas "Alfa"?- Interrumpió.

-¿Barón?- Dijo rápidamente pues no quería enfadarlo.

-Eso está mejor.- Siempre odió que se refirieran a él por su casta.

-Bien, Barón. Yo quería saber... Yo- Estaba demasiado nervioso, pero era mejor que fuera de una vez, ¿No?

-¿Tú qué?- Al ver que James se quedó en silencio se dio la media vuelta- Cuando sepas bien que me dirás, me hablas. Ahora no hay tiempo para perder.

-Espera- Estiró su mano para tocar al Alfa, pero en el momento se arrepintió y bajo la mano, a penas si alcanzó a rozar la gabardina- Yo quería saber sobre mi castigo por fallar la misión. No quiero seguir esperando- La espera era tortura.

-¿Misión?, ¿Castigo?, ¿De qué estás hablando?- Realmente a veces no entendía nada.

Comenzó a jugar con sus manos- Salí herido, fallé. Merezco un castigo.

Suspiró pesado para juntar la escasa paciencia que tenía- Mírame. Espero que entiendas lo que diré, ya que solo lo repetiré una vez. Yo no soy tu dueño, tú no haces misiones para mí y olvídate de toda porquería de Hydra. ¿Ok?

Winter quedó confundido- Pero tú eras de Hydra. Te recuerdo- Si bien sabía que no debía confiar en su mente, su nariz nunca fallaba. Él recordaba las feromonas.

-Nunca fui de Hydra. Solo me infiltré y ya.- Dijo como si no fuera la gran cosa- No te debo explicaciones de nada.- Gruñó.

-Entonces... ¿Lo hiciste para rescatarme?

Caminó hasta quedar a centímetros de James- No te hagas ideas raras en esa destrozada mente tuya.

-Pero no eres como ellos.

-Y eso no me hace mejor que Hydra. Yo te quería como arma. Tenlo presenté. Eras algo que necesitaba, pero las cosas no salieron como quise.

Solo asintió lentamente. Diría que las palabras del alfa le dolieron, pero ya estaba destrozado desde mucho antes.

-Bien. Ahora ve ayudar a Oeznik.

                                   ***

Antes de golpear la puerta escuchó ruido dentro. Sin aviso abrió la puerta y se encontró con el joven James teniendo una pesadilla, el castaño estaba temblando mientras murmuraba cosas inentendibles o quizás era un idioma que no conocía.

Con cautela despertó al omega pues no sabía como iba a reaccionar el menor.

-Tiene que despertarse. Joven- Le movió el hombro de manera suave.

Despertó exaltado, y agarró por instinto la mano que lo había tocado, al ver que era el beta lo soltó de inmediato.

-Lo siento, yo... Perdón. ¿Te dañé?

-No se disculpe, yo estoy bien. Levántese, nos debemos ir pronto.

Luego de ponerse una camiseta y pantalones fue a la cocina como le indicó el beta antes de salir de la habitación.

-Le hice un café, he notado que le gusta.

-Gracias- Suspiró.

Un sentimiento se clavó en su pecho cuál espina, no era molesto pero si raro. Quizás era porque nadie se había preocupado de lo que realmente le gustaba, o al menos no lo recordaba. La ida a esas tiendas con el Barón no contaban, el alfa solo lo hizo por... Ni siquiera sabía por qué. Pero ya le había dejado claro que al igual que todos solo lo veía como arma.

-A penas beba su café suba a los cachorros en sus jaulas.

-Pero el Barón dijo

Interrumpió al omega- Él dijo que me tenía que ayudar, y yo quiero llevar a los cachorros.

-¿Y si?

-No va a pasar nada, la idea es mía.

-Está bien- quiso sonreír, pero solo le salió una mueca.

Al terminar fue dónde Oeznik.

-Ya está todo listo, señor.

-Entonces hay que partir.

Tras acabar su té y levantarse de la mesa vio al omega entrar.

-¿Ya estás listo, James?

Se quedó procesando unos mi las palabras del alfa, hasta que se dio cuenta de que se dirigió a él- Si.

-Bien, andando.

James, ¿Por qué lo había llamado James?

Sentado mientras el Jet iba tomando altura, escuchó ladridos. No dijo nada a pesar de que estaba en completo desacuerdo con llevar junto a ellos esas bolas de pelo.

Su mayordomo jamás le ha sido desleal, pero claro como ya no era el favorito de Oeznik...

James se durmió en los asientos en diagonal a él, el castaño se durmió abrazando sus piernas. Por un segundo se le hizo tierno ver al omega básicamente hecho bolita unos metros más allá. Pero luego notó que estaba temblando ligeramente.

-¿Tendrá pesadillas?- Se preguntó a sí mismo en voz alta.

-Dudó que las armas tengan pesadillas, señor. -Respondió sin apartar su vista del libro que leía.

-Así que oíste lo que dije ayer.

-Si, lo hice. Debo decir que fue particularmente cruel de su parte decir aquellas palabras. Sobre todo sabiendo el pasado de aquel omega.

-Si no te conociera pensaría que te preocupas más por él que por mí. Lo cual sería bastante triste.

-Jamás dudé de mi lealtad a la casa Zemo, señor.

-¿Casa?, ya no es una casa. Mi familia murió. Me dejaron.

-Entonces no dude de mi lealtad a la usted.

-No lo hago, amigo.

-Pero debe saber que yo.

-Te preocupas por él. Lo sé. Siempre te ha gustado cuidar de personas heridas.

-Que puedo decir, son mi especialidad.

-Lo sé. ¿Pero era necesario traer todas esas bolas de pelo?

-Él se siente familiarizado con ellos. Y hablando del joven James- Miró al castaño- Me daría su gabardina.

-¿Disculpa?

-O impregné su aroma en una manta. Mírenlo está temblando. Debe estar teniendo pesadillas, sus feromonas lo tranquilizarán.

Zemo dudó.

Recompensa de una venganza Where stories live. Discover now